el pingue

Equipaje de mano

Me hago una lista para saber si he metido en la maleta todo lo que tengo que llevar. El AVE sale puntual. Aún recojo con la punta de la lengua la última lágrima que sale de mis ojos y pasa por la comisura de mis labios. Sabe  a ausencia, a soledad compartida, a estímulo, a espera....

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Un niño viaja enfrente con un globo rosa. En el canal de cine del AVE una película subtitulada. Nadie coge los auriculares que el empleado ofrece y éste no mira a cada lado pues ya está escarmentado. Todos leen excepto mi vecina de butaca. Ha sacado un paquete envuelto en papel de aluminio arrugado.  El paquete es un bocadillo de chorizo, creo que ibérico, con una de las dos rebanadas untada en aceite y tomate. Lo sé porque ha abierto el "entrepán" y lo ha cerrado. Es ibérico, seguro. Esa beta de la carne, la grasa que ha empapado el "pitufo" y el olor del adobo lo dicen todo. ¡Qué envidia! No tanto, no. Lo va a tomar con un bote de cola.

Dejo se mirar de soslayo. No doy crédito. "¿No serás un poco imbécil y snob, querido?", pienso.

Equipaje de mano

Vuelvo a revisar mentalmente: libros de Pierre Hermé, cuaderno de notas, libreta de pedidos, clamoxil, Torta de Pollos, las camisetas, unas zapatillas, tres fotos del verano, las llaves de la taquilla, el bote de pimentón de la Vera...... Creo que no se me olvida nada. Ni quiero.

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