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Cameron se queda seco en los sondeos

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David Cameron  apela al "deber patriótico" de los conservadores para ganar las próximas elecciones en un desesperado intento por cambiar la tendencia de los sondeos. La conferencia de primavera de los tories ha reunido en Brighton a un partido que no da crédito a lo que está ocurriendo. Hace tres meses, creían tener ganadas las elecciones. Ahora, ven alarmados que se les pueden escapar.

El último sondeo, publicado ayer por The Sunday Times, reduce a sólo dos puntos, dentro del margen de error, la ventaja de los tories sobre el partido de Gordon Brown, 37% a 35%.  El titular elegido por el periódico para su primera página –"Brown, en camino de ganar las elecciones– no es exagerado. Por las características del sistema electoral británico, una derrota por dos puntos supondría una victoria en escaños para los laboristas.

La estimación del dominical es que esos porcentajes concederían 317 diputados a Brown y 263 a Cameron. Los laboristas se quedarían a nueve escaños de la mayoría absoluta y podrían gobernar en minoría.

Otros sondeos anteriores dejaban la ventaja conservadora en cinco o seis puntos. En todos, la tendencia del voto a Cameron es a la baja.

Con la intención de detener esta hemorragia, Cameron ha elegido para su discurso propuestas que pudieran ser bien recibidas por el sector duro del partido, no muy satisfecho con las intenciones modernizadoras de su líder. Eso se traduce en un plan de emergencia para reducir el déficit presupuestario, apoyo fiscal a los matrimonios y un mayor control de la inmigración.

"Si no hacemos nada (con el déficit), tendremos tipos de interés más altos, hipotecas más altas y menos confianza en nuestra economía, y el país caerá en una recesión más profunda y oscura", ha dicho en un discurso pronunciado sin notas.

Sin embargo, el FMI y el primer ministro, Gordon Brown, coinciden en que la retirada de los estímulos con fondos públicos puede cortar de raíz la recuperación económica.

Los conservadores han presentado en Brighton su nuevo eslogan para la campaña, y se supone que ya definitivo. "Vota por el cambio" es un mensaje simple y sencillo, alejado de los tonos pesimistas de otros lemas ("No podemos seguir así") con los que es más difícil movilizar a un electorado desengañado con los políticos.

En otras palabras, los tories han ido perdiendo apoyos al dedicarse a decir a los votantes algo que estos ya saben.

No parece que las revelaciones aparecidas en el libro 'The End of the Party' sobre el carácter colérico e insoportable de Brown hayan hecho mella en los votantes. Sin embargo, en los poco más de dos meses que quedan para la probable fecha electoral, el 6 de mayo, los conservadores pretenden mantener las críticas al primer ministro como uno de sus principales activos.

"Creo que todos saben que otros cinco años de Gordon Brown serían un desastre para este país. Otros cinco años de un Gobierno tan débil y dividido que los ministros ni pueden trabajar con él ni librarse de él", dijo ayer Cameron.

Cameron debería preguntarse por qué, con un primer ministro descrito en esos términos, su ventaja se ha diluido hasta quedarse casi en nada. Si los conservadores ni siquiera llegan al 40% de los votos, la culpa no puede ser de Brown.

Iñigo Sáenz de Ugarte

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