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La violencia contra el Arsenal

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Abou Diaby, Eduardo da Silva y Aaron Ramsey. En los últimos cuatro años, estos tres jugadores del Arsenal han salido en camilla del campo tras sufrir una fractura por terribles entradas de sus rivales. La más reciente, la de Ramsey, fue tan estremecedora que la cadena que retransmitía el partido se negó a dar la repetición.

¿Mala suerte? ¿Coincidencia? Ni el entrenador ni los jugadores lo creen. Denuncian que todo proviene de una estrategia deliberada de sus oponentes, alentada por la actitud permisiva de los árbitros.

"La forma en que algunos equipos juegan contra nosotros es una vergüenza", ha dicho Diaby. Cesc Fàbregas opina lo mismo: "No es la primera vez en esta temporada que vemos entradas como esta, pero hasta que no le rompen la pierna a alguien nadie dice nada. A mí me ha pasado dos veces esta temporada y he tenido suerte de no salir gravemente lesionado".

Los jugadores del Arsenal tienen tanta razón como pocas posibilidades de que les hagan caso. La mayoría de los comentaristas disculpó a Shawcross, el agresor de Ramsey, con el argumento de que no pretendía causar tantos destrozos en la pierna del rival.

Y aunque eso es cierto –Shawcross se fue llorando del campo–, resulta difícil creer que esa violencia no proceda de una voluntad consciente de intimidar a unos jugadores de talento a los que hay que parar sobre el césped por lo civil o por lo criminal.

Los árbitros ingleses ya no toleran la violencia con tanta facilidad como en el pasado. Los defensas de la Premier ya no tienen ese aspecto de haber salido del reparto de La matanza de Texas o Viernes 13. Pero con el Arsenal hacen una excepción.

Antes de los partidos, es habitual que sus rivales comenten que tienen que ser más "físicos" o agresivos para no ser arrollados por el passing game del equipo de Wenger. "Nadie en todo el país se sorprende", decía un delantero del equipo de Shawcross cuando comentaba ese tipo de declaraciones.

La plantilla del Arsenal tiene derecho a protestar, pero no va a cambiar el ADN del fútbol inglés, donde la violencia dentro de un orden se considera un elemento más del juego. De momento, la desgracia de Ramsey les ha servido para cerrar filas y convencerse de que pueden ganar la Liga.

Han perdido sus cuatro partidos contra el Chelsea y el Manchester United, y les han dado por muertos varias veces. Sin embargo, ahí están a dos puntos del líder (el United) y con un calendario favorable. En las nueve jornadas que faltan, sólo jugarán dos veces contra equipos que están entre los siete primeros de la tabla.

Su gran problema es que Fàbregas se retiró del campo el sábado con una lesión muscular similar a la que le dejó parado un mes en diciembre. Muchos piensan que el Liverpool no ganó la Premier la temporada pasada por quedarse sin Fernando Torres en el momento decisivo. Es lo mismo que le puede pasar al Arsenal.

Iñigo Sáenz de Ugarte

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