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El valor del dinero del jeque

 ¿Le dijo su agente a Cristiano Ronaldo que se quitara la camiseta si marcaba un gol e hiciera ostentación de pectorales y abdominales? ¿Qué es una tarjeta amarilla a cambio de mantener el producto en la primera posición del marketing planetario? Esto es una maldad de tal calibre que casi me estoy arrepintiendo de haberla escrito –bueno, sólo un poco–, pero hay cifras que llaman la atención.

Entre octubre de 2008 y septiembre de este año, los clubes de la Premier se han gastado 78 millones de euros en pagar a agentes e intermediarios en los fichajes de jugadores. Podemos interpretar que la locura de traspasos de los últimos seis meses se debe a las necesidades deportivas de los equipos. En ese caso, estaríamos siendo demasiado inocentes. Hay mucho dinero en juego y algunos intentan que el carrusel no se pare.

En la peor recesión en décadas, el fútbol mira a otro lado y continúa su loca carrera de gastos. La burbuja es su estado natural.

Inevitablemente, el equipo que más gasta en comisiones en Inglaterra ha sido el Manchester City: 14,2 millones en el último año.  Hasta ahora, el retorno de su ola de fichajes ha sido algo escuálido, y si miramos a su defensa el balance cobra aires de estafa. Se gastó 58 millones en el fichaje de tres defensas (Lescott, Kolo Toure y Bridge). La retaguardia es precisamente su línea más débil, a pesar de contar con un buen portero, y sus errores adquieren en algunas jornadas un carácter casi cómico.

La millonada gastada por el dueño del equipo, el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, se había cobrado siete empates consecutivos en la Premier –varios de ellos frente a rivales de medio pelo– antes de la visita este sábado del imperial Chelsea. Y sin embargo, el equipo se llevó la victoria por 2-1 con el mérito añadido de la remontada.

Jugar, lo que se dice jugar, el City juega poco. El entrenador no tiene claro cuál es el plan. El exceso de delanteros en la plantilla provoca alineaciones singulares. Ante el Chelsea, jugaron cuatro delanteros y aún así se quedaron fuera otros tres que serían titulares en otros equipos.

La diferencia con la confusión habitual en el City es que esta vez Carlos Tévez justificó su traición al Manchester United. Robinho regresó tras una larga lesión pero su ímpetu sólo duró unos 20 minutos. Fue el argentino el que desestabilizó a la coriácea zaga del Chelsea con su movilidad y su capacidad de lucha. Los rivales recibieron seis amonestaciones y la mitad fue por entradas a Tévez. Señal de que los estaba volviendo locos.

En realidad, el Chelsea podía haber ganado. Lampard desperdició un penalti y Drogba falló solo ante el portero cerca del final. Pero a veces un grupo de avispas enloquecidas puede terminar volviendo loco a un elefante.

El City está ahora sexto a tres puntos de los puestos de Liga de Campeones. Nada de lo que presumir mucho. Por eso, algunos agentes, como el del azulgrana Yaya Toure, están haciendo ruido para propiciar su salto al City. Hay mucho dinero en comisiones y unos cuantos clubes a los que se puede engañar.

Iñigo Sáenz de Ugarte

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