El run run

Corbacho y la invitación a la desesperanza

No era Haití ni había codazos a lo Ronaldo entre los diputados que esperaban turno para servirse un café con leche que les ayudase a digerir los malos pronósticos para el empleo que les acababa de dar el ministro Celestino Corbacho. "Enero y empleo nunca han ido de la mano", decía el ministro, al que tanto da que 2009 haya terminado con 3,9 millones de parados que con 4,2, "pues el dato es suficientemente grave". Gaspar Llamazares le preguntó si prorrogará la ayuda de los 420 euros a los parados y Corbacho no le contestó. El titular de Trabajo e Inmigración tampoco pudo informar si la bonificación en las cotizaciones a la Seguridad Social está teniendo efectos positivos en la contratación. "Eso lo veremos a final de año", dijo antes de reconocer que la medida está siendo poco publicitada y menos utilizada. Todo eran malos pronósticos. Y si 2008, 2009 y parte de 2010 son años de destrucción de empleo, se necesitará "un tiempo igual o superior" para corregir los efectos, decía Corbacho. Su "invitación a la desesperanza", según Emilio Olabarría, exigía otro cafetito. Y entonces le tocó al presidente de la Comisión de Trabajo dar otra mala noticia: "El café y la leche se han agotado, o sea, que es inútil que hagan cola". El único dato positivo fue que la Seguridad Social tuvo en 2009 un superávit de 8.000 millones, el doble de lo que estimó el ministro.

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