El tablero global

El triunvirato que dirige Al Qaeda... gracias a la ISI

Aymán al Zauahiri no es el nuevo líder de Al Qaeda. Siempre lo ha sido.

Lo fue como fundador, cuando en Peshawar se sentaba junto a Bin Laden, dejándole hablar para la prensa, mientras él actuaba en silencio para la causa de los muyahidines. Lo era mientras diseñaba la estrategia –y designaba a sus hombres de confianza como responsables de la logística– para cometer el mayor atentado terrorista de la historia. Y lo seguía siendo cuando escapó de Tora Bora con Osama y preparó un escondite perfecto para el gran icono del yihadismo fanático.

En cambio, ahora que el cerebro gris del 11-S, el auténtico artífice de la red de terrorismo global islamista, ha sido designado públicamente como "emir" de Al Qaeda, es cuando este médico egipcio acaba de dejar de ser el jeque de la organización. O, más bien, cuando tiene que compartir una dirección colegiada con otros dos príncipes del terror.

Después de Bin Laden, La Base ha quedado al cargo de un triunvirato formado por Al Zauahiri –encargado de dar la cara, como siempre hizo–, Ibrahim al Rubaish –clérigo saudí que no sólo nació en la tierra del Profeta, sino que porta el manto de haber salido incólume tras cuatro años en Guantánamo– y Abú Yahya al Libi –quien labró su leyenda al lograr fugarse, en julio de 2005, de la siniestra base de EEUU en Bagram, y es ahora el jefe de operaciones en Afganistán–.

Aunque el verdadero padrino de Al Qaeda es la Inter-Services Intelligence (ISI) de Pakistán, así que seguirá encontrando reemplazo si cualquiera de ellos es liquidado.

Que ¿cómo sé todo eso? Sólo hay que preguntarles a los que lo saben.

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