El tablero global

Los talibanes mantienen su estrategia de desgaste

Desde que el mulá Abdul Ghani Baradar dirige la estrategia talibán para hostigar a las fuerzas extranjeras hasta su extenuación en Afganistán, EEUU y la OTAN están sufriendo más bajas que nunca y obteniendo cada vez menos victorias militares. Esta primavera, el auténtico líder de los talibanes –pues el mulá Omar lleva tres años desaparecido– ordenó un nuevo plan de batalla (Nusrat o Victoria), contra las líneas de suministro aliadas.
Cuando Barack Obama lanzó a miles de marines al asalto de la provincia de Helmand, hace mes y medio, el mulá Baradar reunió a sus comandantes y les dio claras instrucciones de no hacer frente a la superioridad militar estadounidense, sino mantener al mínimo el número de bajas
talibanes. Así que los atacantes no han podido aprovecharse de su enorme potencia de fuego, porque el enemigo nunca planta cara, sino que practica una guerrilla de desgaste a base de emboscadas, escaramuzas y atentados con artefactos explosivos improvisados.

Esa táctica talibán es la que se ha mantenido durante la jornada electoral –130 pequeños ataques, en vez de combates de envergadura– y ha permitido a las autoridades proclamar el éxito de la convocatoria a las urnas. Pero para los fanáticos seguidores del calculador
mulá Baradar nada ha cambiado con estos comicios, y su
yihad de bombas y suicidas seguirá devastando el país.
Además, Baradar es de la misma tribu pastún que Hamid Karzai, y está tratando de conquistar los corazones de esos popalzai dando ayudas a las víctimas colaterales del conflicto. De forma que el presidente puede haber ganado la reelección, y el apoyo internacional, pero esta empezando a perder la interminable guerra civil que maldice a su país.

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