A contracorriente

Syriza tiene que fracasar

Syriza tiene que fracasar, si no, ¿cómo seguir pidiendo sacrificios a gobiernos y pueblos de otros países como España, Portugal, Italia o Francia?

Syriza tiene que fracasar, si no, ¿cómo mantener las políticas de austeridad por las cuales juran los gobiernos de la UE y sus entidades financieras?

Syriza tiene que fracasar, si no, ¿cómo puede el FMI seguir exigiendo a los países que han firmado sus cartas de intenciones que sigan pagando sus cotas y los intereses respectivos?

Syriza tiene que fracasar, si no, ¿cómo los gobiernos de otros países de la UE van a seguir diciendo a sus pueblos que no hay alternativa? O se someten a la austeridad o tienen que salir del euro y someterse a una masacre global.

Syriza tiene que fracasar, si no, ¿cómo continuar diciendo que las alternativas en Europa se reducen a los conservadores o a la socialdemocracia, ambos gestores de la austeridad?

Syriza tiene que fracasar, si no, los españoles van a creer que es posible salir del bipartidismo y van a entregar a Podemos la conducción del país.

Syriza tiene que fracasar, si no luego van a decir que lo que hacen países como Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Ecuador o Bolivia, salir del modelo neoliberal, es también la solución para Europa.

Syriza tiene que fracasar, para que su mal ejemplo no se propague por Europa y por el mundo, que sea como el ejemplo de Argentina, que afrontar los fondos buitre no prospere.

Syriza tiene que fracasar, si no, Angela Merkel y su discurso de la inevitabilidad de la austeridad y de que los que han firmado tienen que pagar, sin importar los daños que cause al pueblo de un país, se viene abajo.

Syriza tiene que fracasar, si no aparecerá otro Alex Tsipras y otro Pablo Iglesias, que traduzca la indignación en nuevas fuerzas políticas y cada elección será todavía más desesperada para los partidos tradicionales.

Syriza tiene que fracasar. Por eso hay que demonizar a Syriza, a Podemos y a toda alternativa que aparezca, antes de que todos se den cuenta de que el mundo actual es inevitable.

Salvo que Syriza no fracase.

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