Tierra de nadie

El Algarrobico y la escatología

Además de un símbolo de la destrucción del litoral, que en España decidimos alicatar hasta el techo por eso de que se limpia mejor con la bayeta, el hotel Algarrobico es la prueba irrefutable de que no basta, como decía Hemingway, con situarse detrás del hombre que dispara y delante del que caga para evitar los tiros y la mierda porque hay gente capaz de hacer dos cosas a la vez. Lo último a propósito de este mamotreto es pura escatología: el ayuntamiento de Carboneras ha dispuesto que los terrenos sobre los que se levanta, a 14 metros de la ribera del mar, son urbanizables.

La historia del hotel, o de su desparramado esqueleto sobre una colina del Parque Natural del Cabo de Gata, es digna de un culebrón. He aquí el resumen: en 1984 el suelo donde luego se asentaría el Algarrobico era urbanizable; diez años después se aprobó el plan de recursos del Parque y dejó de serlo; en 1997 recuperó su condición porque la Junta de Andalucía modificó los planos del Parque; en mayo de 2003 se inició la construcción, que debía ser legal porque hasta el Gobierno subvencionó el proyecto y la Junta aprobó otro plan para llenar la zona de hoteles, viviendas y el socorrido campo de golf; en 2006 la construcción dejó de ser legal porque, a instancias de los ecologistas, un juzgado paralizó las obras; en ese mismo año, la ministra Narbona decidió que había que derribar el hotel e iniciar la expropiación; a la Junta le pareció bien, pero aprobó otros planos del Parque haciendo la vista gorda; en 2008 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía suspendió estos nuevos planos; por estas fechas, la nueva ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, lo que suspendió fue la expropiación; y así llegamos a la deposición del Ayuntamiento, que deja el asunto como estaba en 1984.

Greenpeace ha hecho, con razón, bandera de la demolición de ese disparate, pero también hay que ponerse en la piel de la empresa propietaria de la cosa, que ha enterrado un pastizal entre las rocas para ver cómo a su estructura de más de 20 plantas y 411 habitaciones la cagan las gaviotas. Tanto si el hotel se concluye, se derriba o se fosiliza tendremos que aflojar entre todos la pasta para indemnizar a sus promotores. Los responsables silbaran el only you mientras ultiman un plan para asfaltar Sierra Nevada, o hacer adosados si la comisión merece la pena.

Más Noticias