Tierra de nadie

La culpa es siempre del Gobierno

Creíamos que era fruto de cierta temeridad o de la mala suerte. Pero no. Si se secuestra a españoles no es porque naveguen en aguas infestadas de piratas o recorran rutas acosadas por terroristas sino por culpa del Gobierno y de su política exterior débil e incoherente, a juicio del PP. Sobre el papel, la conducta de un potencial secuestrador tiende a ser diferente según la nacionalidad de sus víctimas. En el caso de los tres cooperantes de Barcelona Acció Solidària, cuando sus captores abrieron la puerta del vehículo y descubrieron su país de procedencia no tuvieron dudas en retenerles; si hubieran sido daneses, habrían tratado de venderles una alfombra.

María Dolores de Cospedal está convencida de que nos cantaría otro gallo si Moratinos no fuera tan pusilánime, porque los malos le ven tan apocado en los telediarios de Al Jazeera que se aprovechan. Sin embargo, no estaría de más que explicara por qué desde 2008 los secuestrados en la zona han sido dos turistas austriacos, dos suizos, una alemana y un británico –éste último fue asesinado-, dos diplomáticos canadienses y un cooperante francés, ya que, de acuerdo a su argumentación, o sus países eran tan timoratos como el nuestro o las víctimas iban disfrazadas de torero y eso confundió a los de Al Qaeda.

Hay veces que cuesta seguir los razonamientos de los populares. "Vamos a apoyar al Gobierno para salvar a nuestros cooperantes", ha dicho Cospedal poco después de afirmar los siguiente: "No se pueden aceptar chantajes como no los aceptó el PP con ETA". La pregunta es cómo conjugar una cosa con la otra o, mejor, cómo salvaría este partido la vida de los cooperantes sin aceptar un chantaje, cuando menos económico, en vista de que su paradero le queda a trasmano a la Legión y a su cabra. Más aún, ¿consideraría el PP razonable pagar un rescate que puede ser utilizado en nuevas acciones terroristas? Iluminennos porque Zapatero tiene pocas luces y los demás caminamos entre tinieblas.

Es habitual en democracia que el Ejecutivo tenga la culpa de casi todo: del paro y de la crisis económica, por descontado, y hasta de las malas cosechas si llega el caso. Existe también una parcela ínfima en la que goza de indulgencia. El Gobierno no es responsable de los eclipses solares ni del colapso neuronal de algunos miembros de la oposición. Especialmente, de esto último.

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