Tierra de nadie

Se buscan candidatos. Razón: PSOE

No se trata sólo de que Zapatero se resista a anunciar que optará por tercera vez a la reelección y se empeñe en seguir amputándole pétalos a la margarita mientras el partido se tira de los pelos; es que el PSOE empieza a ser consciente de que entre las habilidades del líder nunca estuvo la selección de talentos. Encuestas en mano, los socialistas divisan ya las orejas de un lobo que se presentará en la autonómicas de 2011 con hambre atrasada. Hay un problema con el candidato y un problema de candidatos; en resumidas cuentas, que hay un problema gordísimo.

La alarma sonó en Andalucía, que ha visto cómo, por primera vez, el PP encabeza las encuestas, pero podría haberlo hecho en cualquiera de los territorios gobernados por el PSOE. Hay inquietud en Cataluña, que celebrará comicios en otoño, donde ni siquiera se aspira a ganar sino a que la fórmula del tripartido aguante un tercer asalto; hay desazón en Baleares, ya que será precisa una coalición mayor que la de Afganistán para evitar que un PP dividido, con tres ex dirigentes encarcelados y otros 20 imputados por corrupción, vuelva al gobierno; en Asturias pinta en bastos, con un Areces que pactó ceder la presidencia y luego se atornilló al sillón con tirafondos; y en Castilla-La Mancha, a falta de otras opciones, Barreda reza con fe para que Cospedal se equivoque.

Puede entenderse que el desgaste pase factura allí donde se ejerce el poder. Lo más difícil es digerir que en feudos tradicionales del PP, enfrentados a graves escándalos, las expectativas del PSOE sean similares a las que tenía el coyote de atrapar al correcaminos. En Valencia, el apoyo de Ferraz impuso a Jorge Alarte, que sólo sería capaz de ganar al PP si los de Rajoy presentasen a la cabra de la legión para evitar que algún fresco le regalase trajes. Y en Madrid, Zapatero se empeñó en aupar a Tomás Gómez, que perdería hasta con la cabra.

La victoria sólo estaría asegurada en Extremadura, donde lo mejor de la derecha está representada en Guillermo Fernández Vara, que es casi un héroe local por soportar los insultos de Laporta. Salvo milagro, el mapa autonómico se teñirá de azul y es una mancha que no quita ni con oxígeno activo. Llegar así a las generales de año siguiente es para intimidar a cualquiera, incluso a Zapatero, que tiene fama de temerario cuando no le da por jugar con margaritas.

Más Noticias