Tierra de nadie

Camps y el tercer misterio

La Virgen se lo profetizó a tres pastorcillos en 1917 pero ha habido que esperar a que el Papa cayera del guindo en el avión que le llevaba a Portugal y se diera cuenta de que el tercer misterio de Fátima advertía a la Iglesia de que se las tendría que ver con la pederastia y, debido a ello, se llenarían de aflicción hasta los hisopos. Lo del tercer misterio venía a ser como los documentos de la CIA, que existen pero no se hacen públicos en el acto, y hubo que esperar al 2000 para que Juan Pablo II lo desclasificara. Describe a un ángel que clama penitencia al lado de la Virgen mientras una columna de religiosos, encabezados por un obispo vestido de blanco, suben a una montaña y allí unos soldados les dejan como un colador.

Lo que algunos entendieron como el presentimiento del atentado contra el Pontífice, fue interpretado por el entonces cardenal Ratzinger de la siguiente forma: "Ningún sufrimiento es vano y, precisamente, una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en señal orientadora para la búsqueda de Dios por parte del hombre". Diez años después, se ha corregido a sí mismo, y sugiere que esta balacera contra el clero que dejó escrita hace medio siglo la pastorcilla Lucía no significa que la Iglesia tenga mártires en su seno sino más bien pecadores, y de los gordos.

Como se ve, el tercer misterio sirve para un roto y un descosido, e igual puede explicar la crisis vaticana que el vía crucis de Camps, también conocido como el Curita, que ya en su día denunció que los socialistas le querían dar un paseíllo semejante al de la cohorte de la profecía. A Camps le ve como un mártir Rita Barberá, que le tiene mucha fe, mientras otros, incluido el Supremo, que ha reabierto su caso para que se le siga investigando en Valencia, creen que pudo pecar, de manera elegante con sus trajes y de forma grosera con contratos a dedo a El Bigotes.

Todo en Camps es un misterio. Lo es que una mayoría de valencianos le siga apoyando en las encuestas pese a conocer quiénes son sus amiguitos del alma y cómo afronta las dificultades. Sigue siendo un misterio saber de qué demonios se ríe. Pero lo más misterioso de todo es comprobar cómo Rajoy esta dispuesto a repetir con Camps el mismo error que con Bárcenas. Ese sí que es un misterio mariano, y nunca mejor dicho.

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