Tierra de nadie

Gómez, el hombre que dijo no

Por si Pepe Blanco decide pasar lista más adelante, los dirigentes socialistas de más renombre no han dejado escapar agosto sin proclamar que Trinidad Jiménez y Jaime Lissavetzky constituyen un "tándem ganador" para Madrid, por lo que Tomás Gómez, que fue la gran apuesta personal del presidente antes de que optara por darse mus, debería hacer mutis por el foro y, si fuera generoso, hasta la ola. Colocado en el papel de David frente a Goliat, Gómez tiene posibilidades de ganar las primarias del PSM y su pedrada puede dejarle a más de uno la cara como un mapamundi.

Fue el propio Gómez quien, en su tumultuosa reunión en Moncloa, aconsejó a Zapatero que no se metiera en líos, ya que, según le predijo, perdería las primarias y hasta la cartera. Pero el presidente no es de los que dan la espalda a los retos, por muy estúpidos que parezcan. Por si no era bastante con la reforma laboral, la huelga general del 29, la negociación de los Presupuestos, la planeada revisión del modelo de pensiones y la inminente crisis de Gobierno, tenía que involucrarse directamente en una incierta batalla interna. Gómez dimitirá si es derrotado, pero ¿qué hará Zapatero si su criatura le moja la oreja por Trini interpuesta? ¿Acudir a sus mítines en la campaña electoral?

La apuesta tiene tantos riesgos que el Gobierno ha movilizado a su artillería más pesada, y hasta Rubalcaba se ha puesto a lanzar obuses con más voluntad que acierto. Su referencia a que el mayor activo de Gómez es haber dicho no a Zapatero, más que una crítica bien podría convertirse en el lema de su candidatura. Pegando tiros como un loco anda también el presidente de la FEMP y alcalde de Getafe, Pedro Castro, al que su divorcio con la sintaxis no le está impidiendo hacer un papelón de categoría. La habilidad de este hombre para cambiar de chaqueta es similar a la de una modelo de pasarela.

Más renuente a exaltar las excelencias del tándem ganador se ha mostrado el lehendakari Patxi López, que no ha olvidado que, de haberse sometido a los caprichos de Zapatero, Javier Rojo o, incluso, Ramón Jáuregui habrían liderado el PSE en su lugar. Las últimas escenas del vodevil madrileño se están representando con el presidente de gira por el lejano Oriente. Es muy capaz de volverse con los Reyes Magos, si es que los encuentra.

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