Tierra de nadie

La caza del inmigrante

Ha hecho falta que Naciones Unidas confirmara lo que, al menos en las grandes ciudades, todo el mundo ha visto alguna vez por la calle: que la Policía realiza detenciones indiscriminadas de personas cuyo color de piel o aspecto sugiere que no son de Albacete o de Noruega, y que dichas detenciones cautelares, sin causa real que las justifique, son la antesala de expedientes de expulsión en aquellos casos en los que los afectados no pueden demostrar su estancia regular en España. Si alguien se hubiera propuesto atemorizar a estos inmigrantes para disuadirles de acudir en caso de necesidad a los servicios sociales o ejercer derechos básicos no habría encontrado un sistema más eficiente.

La caza del inmigrante se ha perfeccionado mucho desde aquellas instrucciones internas que se repartieron en comisarías de Madrid con la excusa de combatir la delincuencia: "Objetivo 35 extranjeros. Si nos los hay se les va a buscarles fuera del distrito". El escándalo por la fijación de cupos y por identificar inmigrantes con delincuentes dio lugar poco después a una circular de la Comisaría General de Extranjería que constituye un perfecto manual para deportaciones en tiempo récord. La ONU pide ahora que se revise, y que se modifique de paso una ley de Extranjería que obliga, por ejemplo, a iniciar el trámite de expulsión contra mujeres indocumentadas que denuncien violencia de género.

El rapapolvo es sonrojante para un Gobierno que presume de su radical defensa de los derechos humanos, ha hecho bandera de la alianza de civilizaciones, y cuyo presidente cita el Deuteronomio ante Obama para criticar la discriminación de los extranjeros o proclama que hay que repatriar "en condiciones de dignidad humana" a los sin papeles.

¿Qué dignidad existe en recluir durante 60 días a los indocumentados que van a ser expulsados en centros donde se practican torturas –como ha acreditado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado-, se les incomunica llegado el caso en celdas de aislamiento, no se le garantiza asistencia médica y se les impide denunciar estos abusos a la Justicia? Tanta humanidad aterra.

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