Tierra de nadie

Las actas de ETA resucitan

Las actas de ETA sobre las negociaciones con el Gobierno tienen la milagrosa facultad de resucitar en el momento más adecuado, y así no es extraño que tras haberse conocido ampliamente en marzo de 2010 regresen a las portadas un año después en su versión íntegra. Decía Voltaire que la casualidad es la causa ignorada de un efecto desconocido, por lo que cabe deducir que nada de lo anterior es casual: se publican ahora para lastrar las aspiraciones electorales del ministro del Interior (causa) y apartar de esta forma a Rubalcaba de la carrera sucesoria en el PSOE (efecto).

Por conocido, poco de lo revelado ahora debería escandalizarnos. Se sabía que el Gobierno había vuelto a la mesa de negociación con ETA tras la el atentado de la T4; se había publicado que los representantes del Ejecutivo habían esgrimido el chivatazo del bar Faisán como prueba de su buena voluntad negociadora; y hasta se conocía que en el algún momento del proceso se habló de sueldos Nescafé para aquellos etarras que abandonaran las armas. Si alguien se sumerge en las alcantarillas lo extraño sería que encontrase arriates de petunias y jacintos en vez de la pestilencia habitual.

Conviene aclarar que estamos, en cualquier caso, ante una versión de parte –la de ETA- y que, por lo general, entre lo que se dice y lo que se hace media un abismo. De lo contrario no se entendería que los terroristas hubiesen dado por roto el proceso, ya que nadie abandona una partida en la que la otra parte se rinde y además propone pagar las copas. Pese al contenido de las actas, la realidad muestra que siguió habiendo detenciones, que no hubo acercamiento de presos, que no se derogó la doctrina Parot ni la ley de Partidos y que Navarra no se convirtió en la cuarta provincia del País Vasco.

Siendo Rubalcaba el objetivo, no debe extrañar que el PP se haya sumado con entusiasmo al bombardeo y pida su dimisión por tierra, mar y aire. Rechina un poco que quienes nos han aburrido diciendo que el único documento de ETA válido es el de su disolución vean en los apuntes de Thierry un acta sí, pero notarial.  Les queda un año de matraca.

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