Tierra de nadie

El deformador de encuestas

Tras los golpes demoscópicos de los últimos tiempos, la encuesta publicada ayer por este diario ha debido de ser para los socialistas más balsámica que un bote de Reflex. Ha bastado que Zapatero hiciera mutis por el foro –o que lo anunciara al menos- para que el abismo que separaba al PSOE del PP desapareciera como por ensalmo y la ventaja de los populares se redujera a poco más de dos puntos. Se confirmaría así que el llamado ‘efecto ZP’ también funciona a la inversa, es decir sin ZP, y que los sondeos anteriores estaban distorsionados por la aversión que hacia el presidente sienten no sólo sus oponentes sino también una parte importante de su electorado natural.

Antes de que las intenciones de Zapatero fuesen públicas, Pedro Arriola, gurú electoral de Rajoy, ya había advertido a los suyos del espejismo de los sondeos que vaticinaban un apabullante triunfo del PP en las municipales y autonómicas, ya que según sus pronósticos cabía hablar de un empate técnico entre ambas fuerzas, aunque con una ligera ventaja a favor del PP de entre uno y cuatro puntos. Despejada la incógnita y abierta la sucesión en las filas del PSOE, la sociología ha podido escapar de su particular Callejón del Gato para mostrar la realidad sin deformaciones esperpénticas.

Pese al alivio de saber que el futuro no está escrito, los socialistas tienen ante sí un enorme desafío. No se trata sólo de encontrar un buen cartel electoral sino de construir un nuevo discurso, en vista de que el anterior se ha utilizado para envolver bocadillos de chorizo y  es difícilmente reciclable. Hacer la estatua y confiar en que sea la radicalidad del PP la que movilice a los votantes únicamente garantiza la derrota.

Con una crisis económica que no da respiro y que podría elevar el listón del desempleo hasta los cinco millones de parados, la cita electoral de mayo marcará tendencia. Algunos candidatos del PSOE son temerariamente optimistas. Tomás Gómez, por ejemplo, lleva semanas apostando comidas a que acabará con la mayoría absoluta de Esperanza Aguirre. Gane o pierda, la reactivación del sector de la restauración está asegurada.

Más Noticias