Tierra de nadie

Piratas de cuello blanco

La fiscalía portuguesa se dispone a investigar la denuncia de cuatro economistas contra las tres hermanas de la calificación crediticia y de riesgos, a las que acusan de prácticas abusivas y de causar graves daños al Estado. En España ya se presentó una querella similar contra este oligopolio, que sigue haciendo de las suyas y se entretiene ahora en rematar a Grecia, al percatarse de que las ruinas del Partenón no eran cosa suya y que el país, aunque débilmente, todavía sigue respirando. Parafraseando a Cervantes, se irán y no habrá nada.

La solvencia de Standard & Poor, Moody’s y Ficht quedó patente en el fraude de Enron o Madoff, la quiebra de Lehman Brothers o las hipotecas subprime, unos papelitos sin valor certificados con su triple A. El objetivo del acoso al que vienen sometiendo a la periferia de Europa no es otro que el de ahuyentar a los capitales de la Eurozona y atraerlos hacia Estados Unidos, urgido a financiar un déficit colosal. De ahí que la deuda pública norteamericana mantenga todas sus estrellas michelín y que hayan tenido que pasar tres años desde el inicio de la crisis para que una de ellas se atreviera, no a rebajar su rating, sino a colocarlo en perspectiva negativa.

Nada de ello resulta extraño al conocer quienes mueven los hilos de las agencias. Moddy’s es propiedad de fondos de alto riesgo y de Berkshire Hathaway, el emporio del multimillonario Warren Buffet; S & P pertenece McGraw Hill, holding dedicado a los servicios financieros, cuyo presidente, Harold (Terry) McGraw III, ha sido dirigente de la Businnes Roundtable, uno de los lobbies patronales de EEUU más poderosos, y asesor de George Bush. Por su parte, Ficht está vinculado a la francesa Fimalac y al grupo Hearst. A la cabeza de Fimalac está F. Marc Ladreit de Lacharriére, rico riquísimo, administrador de Renault o L’Oréal, y declarado admirador de Sarkozy y de Angela Merkel.

Estos son los personajes que controlan unas calificadoras que aseguran ser independientes y cuyos informes no dejan de ser un refinada forma de maquinación para alterar el precio de las cosas. En sus manos estamos.

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