Tierra de nadie

Coches oficiales para todos

Las críticas más feroces a la iniciativa de UPyD de renunciar al uso de los coches oficiales del Ayuntamiento de Madrid, que por sí solos ya podrían montar un buen atasco, no han procedido del PP, que ha anunciado un plan para quitárselos a la oposición mientras sus ediles los conservan, ni siquiera del PSOE, que aceptaría hasta triciclos por eso del qué dirán. El principal reproche ha llegado desde IU, cuyo portavoz municipal, Ángel Pérez, nunca dejó de apreciar las ventajas que para el resto de la humanidad supone desplazarse en transporte público.

Opina Pérez que el uso universal para los concejales del coche oficial está justificado por razones de seguridad, pero no sólo por ETA sino porque hay mucho "aprendiz de matón" suelto, gente malencarada que, por lo visto, sólo se encuentra en Madrid capital. Conociendo el talante solidario del de IU, si hubiera indicios de que los camorristas pueden vivir también en Argamasilla de Alba se habría apresurado a exigir protección y vehículos para los 68.286 concejales de toda España. El problema, según parece, no afecta a los diputados autonómicos, que  además tienen un abono transporte muy completito, ni a los diputados nacionales, que se mueven menos que los osos en invierno.

La seguridad, por tanto, impide que los ediles madrileños viajen en Metro, que es un medio que agobia mucho a los escoltas especialmente en hora punta. ¿Y en taxi a cuenta del Consistorio? Pérez se opone, posiblemente porque sabe que muchos taxistas son tan conservadores que siempre llevan sintonizado en la radio a Jiménez Losantos o a la Cope, y así no hay quien se concentre.

Como se ha dicho aquí en alguna otra ocasión, Marx jamás hubiera sospechado que para acabar con las clases sociales bastaría con una flota suficiente de vehículos con chófer de la que nadie fuera excluido por su origen. Pérez es consciente de que viaja montado en una revolución silenciosa, que ha pasado desapercibida para la derecha neoliberal. La igualdad radical de todos los seres humanos ante el coche oficial es la primera piedra del edificio socialista que está en construcción.

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