Tierra de nadie

La ruleta rusa de Afganistán

Si todas las guerras son absurdas, la de Afganistán podría pasar a la historia como una de las más ridículas de todas. Ninguna de las razones expuestas para defender una contienda que dura ya diez años sigue en pie. Empezó a combatirse contra Al Qaeda y Bin Laden, al que se le supuso refugiado en las montañas hasta que supimos que prefería los chalets de tres alturas en Pakistán. Prosiguió la lucha contra los talibanes, singularmente contra el mulá tuerto que escapó en Vespa y con el que ahora EEUU quiere negociar y hasta regalarle una Harley para que no sea rencoroso.

Entre medias, se combatió para llevar la democracia al país, con tan mala fortuna que la linotipia de Karzai, el presidente, sólo imprimía papeletas de voto con su nombre. No se le puede negar, en cambio, su diligencia en el reparto de los fondos de reconstrucción, como podrían atestiguar sus principales beneficiarios, esto es, él y su familia. Además, se dio la batalla para liberar a las mujeres de sus burkas, pero, en vista de que el país no terminaba de apreciar las últimas tendencias en moda femenina, se abandonó la causa.

La misión de las tropas españolas empezó siendo de paz y humanitaria y ha terminado por calificarse de difícil. Es verdad que se han construido carreteras, que se han equipado hospitales, que se han instalado redes de alcantarillado y de distribución de agua, que se han levantado escuelas y que se han pavimentado calles. Hasta hemos reinsertado a cerca de 500 talibanes que, cambio de entregar el kalashnikov, han recibido un subsidio y el diploma de un curso, sin olvidarnos de adiestrar divinamente a la futura policía afgana. El asunto es que ninguna de esas tares son propias del Ejército, por no decir que son extemporáneas en medio de una guerra de liberación, que es como mayoritariamente allí se entiende.

Estamos pagando un tributo en vidas demasiado alto por un conflicto que, más allá de la retórica, no tiene ni pies ni cabeza. Con los plazos de retirada fijados desde Washington y otros dos muertos que añadir a la lista de bajas, seguiremos jugando a la ruleta rusa hasta 2014. Absurdo.

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