Tierra de nadie

¿Mario o Mariano? Tanto Monti, Monti tanto

Se ignora cuál de los dos dio el puñetazo que hizo anoche saltar astillas de la mesa de los líderes europeos, pero cuentan que a Monti, ese señor tan serio y tan tecnócrata, ya se le veía horas antes con la misma mirada atravesada que tienen los karatekas al disponerse a partir cinco barras de hielo. No es descartable tampoco que fuera Rajoy el primero en emprenderla a manotazos con el roble, que el presidente tiene su carácter cuando se le provoca. El caso es que Mario y Mariano se plantaron esta madrugada ante sus pares en la cumbre de la UE, cantaron a dúo el ‘no nos moverán’ y doblaron el pulso a Angela Merkel, muy afectada la pobre por la derrota alemana en la Eurocopa.

Rajoy se jugaba el país en el envite y Monti su propio puesto, por lo que si hubiera que apostar cabe suponer que el italiano fue el más belicoso de los dos. Lo conseguido era impensable poco tiempo antes: recapitalización directa de la banca para que el rescate parezca un préstamo; allanamiento del camino para la compra directa de deuda soberana por parte de las instituciones europeas; y equiparación al resto de acreedores de los fondos de la UE que ponen la pasta, de forma que no tengan preferencia a la hora de cobrar, algo que había ahuyentado a otros compradores de títulos de deuda. Por primera vez se acuerda algo con sentido común.

Haya sido Mario o Mariano el del puñetazo, lo conseguido viene a demostrar que el respeto no se mendiga, y que en este juego, como en el mus, hay que echar de vez en cuando un órdago para que no te tomen por el pito del sereno. Que la pareja hispano-italiana llevaba muy malas cartas era algo sabido, pero iban de mano y eso es una ventaja cuando se trata de meter miedo al contrario. Sólo hacía falta recordar que en el naufragio del euro, como en el del Titanic, no sólo palman los pasajeros de tercera clase.

Se ha taponado en buena medida el gran boquete que Europa tenía en el casco, justo cuando las ratas habían empezado a saltar por la borda. Falta pasar de las palabras a los hechos, porque los roedores son inteligentísimos y se dan cuenta cada vez con mayor rapidez que las pequeñas descargas eléctricas que reciben para que bajen la prima de riesgo no representan un peligro real de electrocución.

Con más razón que el pasado 10 de junio, cuando Rajoy anunció que después de solucionar el problema de la banca española se iba al fútbol, el presidente se dispone a presenciar en directo la final de la Eurocopa. Allí debería encontrarse con el primer ministro italiano, en lo que puede ser el principio de una gran amistad, sabiendo que nadie es perfecto. ¿Que a quién hay que atribuir el éxito de la cumbre europea? ¿Que en qué pechera presidencial debemos colgar la medalla? Tanto Monti, Monti tanto.

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