Tierra de nadie

Hoy ceno con Pablo

Tenemos unos líderes un tanto chapados a la antigua y por eso, antes de que la política les haga compañeros de cama y les obligue a las más variadas y atléticas posturas del Kamasutra, han decidido conocerse en encuentros discretos para explorar hasta qué punto puede existir la ternura antes de que el sexo arrugue las sábanas. Donde reina el amor sobran las leyes, que decía Platón.

De las románticas comidas y tiernas veladas que se han mantenido en estos últimos días hemos sabido poca cosa, ni siquiera los detalles de un menú del que se supone que se habrá excluido el ajo, por eso de que puede arruinar los primeros escarceos. Apenas si ha trascendido que a Pedro Sánchez le ha caído muy bien Albert Rivera, que a éste le ha gustado mucho que Rajoy le invite a comer en palacio, que entre Rajoy y Sánchez no hay química y lo de física ni se plantea y que lo del PSOE con Pablo Iglesias, con cena de por medio, promete y que no se descarta incluso que queden más adelante a ver las finales de la NBA con una birras y su correspondiente ración de almendras fritas.

Existe algo de decepción entre los votantes, que somos bastante voyeurs es la verdad, a los que se nos había prometido como poco un desfile de lencería, con sus transparencias, sus encajes y sus tules, y en su lugar estamos viendo el canal plus con rayas a la hora de la peli porno. La desilusión sólo es comparable a la que nos causó el estreno de 50 sombras de Grey, de la que se dijo con razón que destilaba menos tensión sexual que un episodio de los Telettubbies.

Esto, al parecer, es la nueva política aunque se parezca tanto a la vieja como dos gotas de agua. No deja de tener su aquel que el primero de los pactos en el que los dirigentes de los cuatro principales partidos han suscrito sea el del silencio. Y eso que morbo había un rato. ¿Seguirá pensando Sánchez que Iglesias es el populismo con coleta? ¿Le habrá respondido éste llamándole hijo de la gran casta? ¿Habrán tomado de postre Rajoy y Rivera una ensalada de frutas después de que el PP se haya hartado de definir a Ciudadanos como una macedonia de ideologías? ¿Creerá Sánchez como Monedero que los de Rivera son unos pijos y los de Podemos un poco hipster?

No hay que dramatizar por estas primeras maniobras orquestales en la oscuridad pero la ciudadanía está un poco más allá de hasta el gorro de que la tomen por imbécil y es lógico que reaccione. ¿Cómo es que se reúnen dos dirigentes políticos en plena efervescencia de pactos para gobernar comunidades y ayuntamientos y se traslada que han hablado del mar y de los peces en un tono muy cordial? ¿Qué es eso de que nos estamos conociendo y que el resto vendrá después? ¿Desde cuándo estos tipos son tan bromistas?

La comedia es un género muy apropiado para el horario infantil pero aquí el personal ha pillado entradas para una de adultos. ¿Que hoy toca cena con Pablo? Pues estupendo. Pero después queremos sexo a tope sin perdernos un solo detalle porque el carnal es el más divertido de los ayuntamientos.

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