Juan Carlos Escudier

Pese a mi insultante juventud, llevo más de veinte años juntando letras, posiblemente porque nunca he sabido hacer otra cosa.

En Diario 16 me enseñaron el oficio y en El Mundo lo puse en práctica. En ese tiempo aprendí todo lo bueno de esta profesión y todo lo malo, que no es poco. En El Confidencial me hicieron adjunto al director y me dejaron opinar. Y más tarde, en 20 Minutos me puse a perseguir políticos hasta que se acabó el dinero.

He escrito dos libros, pero para hacer todo en la vida me falta tener un hijo y plantar un árbol. De momento, voy ensayando con macetas. Hay cosas que, como Bartleby, el escribiente de Melville, preferiría no hacer. Pero esa es otra historia.

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Si se mira con perspectiva, a nadie debe extrañar que Miguel Boyer haya acabado despuntando como una estrella emergente en las constelación económica de...