Estación Término

Muerte digna: los recortes del partido de Merkel

Fernando Pedrós
Periodista, filósofo y miembro de Derecho a Morir Dignamente (DMD)

 

Alemania se encuentra dividida no territorialmente, pero sí hay dos campos enfrentados ante la cuestión del suicidio asistido, tema a debate en el parlamento. Hace unos meses se debatía el tema del suicidio asistido en relación con las organizaciones que valiéndose de que en Alemania el suicidio asistido no está prohibido por ley ayudaban a morir a ciertos enfermos con afecciones irreversibles. Se quería prohibir estas organizaciones con la excusa de ser comerciales y que con la muerte no hay que obtener réditos. El debate era un tanto la razón aparente que ocultaba la verdadera cuestión; aclarar la situación legal prohibiendo por ley el suicidio asistido. A mediados de este mes se ha tenido en el Bundestag una sesión fuera de lo común (cuatro horas de intervenciones) donde se ha debatido el suicidio asistido de enfermos en su última fase. Se dice que para finales del próximo año se ha tener una ley sobre el acompañamiento al final de la vida que dilucidará la figura legal o no del suicidio asistido. Por las perspectivas actuales la CDU de Merkel y, con más razón, la CSU lograrán completar el número de votos necesarios para conformar y aprobar una ley prohibicionista.

 

El prólogo de esta sesión era bien clara y los datos cantaban: Hermann Groehe, ministro federal de Sanidad se opone radicalmente al suicidio asistido y para él "las personas muy enfermas y agonizantes necesitan atención amorosa". Los partidos democristianos CDU y CSU como la Unión de Iglesias Reformadas apuestan por los cuidados paliativos como alternativa al suicidio asistido; en 10 de los 16 länder son mal vistos e incluso pueden ser profesionalmente marginados los médicos que ayudan a morir a sus enfermos y el presidente de la Orden federal de Médicos considera que los médicos alemanes no pueden convertirse en ‘profesionales de la muerte’.

 

Las tornas en Alemania en unos años se han vuelto: hay que recordar que el proyecto de ley a favor de la legalización positiva del suicidio asistido fue planteado por Sabine Leutheusser (Partido Liberal FDP), que fue ministra de Sanidad. Se permitía la práctica del suicidio asistido a los médicos en ciertas condiciones y se prohibía la ‘comercialización de la muerte’. Actualmente en ambientes liberales se defiende la libertad del enfermo ya que su vida merece un final digno y como defiende el FDP, activo en esta cuestión, "el Estado no debe tener potestad para prohibir a los ciudadanos tal decisión a través de una ley tal como pretende la CDU".

 

La población se encuentra en este tema alejada de los grandes partidos y de organizaciones como las iglesias y la Orden de los médicos. Una reciente encuesta lanzó entre población de 14 a 60 años la pregunta "en casos de enfermedad grave, ¿desearía tener la oportunidad de utilizar la eutanasia activa?". El 70% de los encuestados contestó que ‘sí’. Pero en la respuesta se dejó notar la geografía político-cultural de Alemania. Al analizar el desglose de procedencia de las respuestas se aprecia una significativa brecha en los porcentajes: en el Este el ‘sí’ obtuvo un 82%, mientras que el Oeste fue del 67%. No cabe duda que los 15 puntos porcentuales de distancia de opinión se deben a la incidencia de la cultura religiosa en las mentalidades. Pero esta brecha no deja de ser una curiosidad sociológica. Más llamativa es la distancia de la población y la mayoría de sus políticos de filiación demócrata cristiana en el poder. Aunque también los sociademócratas (SPD) apoyan como partido la postura del gobierno y solamente buena parte de Los Verdes y del partido La Izquierda apoyan el suicidio asistido. La sociedad alemana es en su gran mayoría favorable a la aceptación legal del suicidio asistido lo cual no quita para que no se permitan las llamadas organizaciones de la comercialización de la muerte, pero claro está contando con la atención médica correspondiente a una prestación sanitaria.

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