Estación Término

El parlamento catalán urge el derecho a decidir la propia muerte

Fernando Pedrós

Filósofo, periodista y miembro de Derecho a Morir Dignamente

Después de tantos años de sequía política en que a la sombra conservadora del PP la libertad en el país no ha avanzado, estos últimos meses se vive un movimiento de ocupación y preocupación políticas acerca del poder decidir sobre la propia vida y tener libertad para decidir ante la muerte. Hace unas semana, el 18 de enero, el grupo parlamentario Unidos Podemos presentaba en el Congreso su propuesta de ley y hace unos días el Parlamento catalán aprobaba una moción para despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido en España. A instancias de Catalunya Sí que es Pot (CSQP), el parlamento llevará al Congreso de los Diputados una moción que inste la modificación del Código Penal y se despenalicen las conductas eutanásicas. La propuesta de CSQP ha contado con el apoyo de Junts pel Sí (JxSí), PSC, la CUP y un diputado del PPC, y tuvo los votos en contra de Ciutadans y de diez políticos de PP de Catalunya.

Esta postura del parlamento catalán, en la línea de acción de la propuesta legislativa de Unidos Podemos, contrasta con el proyecto de ley que registró Ciudadanos (Cs) en el Congreso de los Diputados el 2 de diciembre pasado como Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de la persona ante el Proceso Final de su Vida. La orientación y el objeto de este proyecto de ley entraron en el pacto de investidura y, por tanto, unen políticamente a Cs y PP. Sabemos lo que pretende la ley de Unidos Podemos –evitar la imposición del "deber de vivir en condiciones penosas e irreversibles en contra de los deseos y convicciones de uno mismo"–, pero habría que preguntar hacia dónde va la ley de Cs.

Los populares tendrán que apoyar tal ley o negociarla, lo que provocará una fragmentación en el Congreso puesto que, al no haber ni siquiera una mención a la eutanasia ni al suicidio asistido, las conductas de libertad del paciente ante la muerte quedan excluidas y, por ende, se enfrenta claramente al objeto de la de Unidos Podemos.

En mi opinión, puesto que de antemano a las elecciones se sabía que Podemos llevaba en programa una ley de eutanasia, la propuesta de Ciudadanos resulta estratégicamente confrontadora, lo cual se confirma ahora con el no de Ciutadans en el parlamento catalán. Mientras el proyecto de Unidos Podemos propugna la libertad del ciudadano para disponer de su vida (autonomía ante la propia muerte, i.e., ley de eutanasia), la de Cs, al ni siquiera mencionarla, corta estratégicamente el paso a la libertad de morir.

Siempre se ha dicho que muchos propugnan los cuidados al final de la vida, incluidos los paliativos (lo cual es de gran interés puesto que la persona es digna de morir bien y tiene derecho a morir sin dolor) con el fin de evitar que el paciente pida asistencia para adelantar su muerte. Pero, aunque los cuidados paliativos son necesarios, no tienen por qué pretender evitar la libertad del paciente; además, las drogas calmantes quitarán los dolores físicos, pero no apaciguan el sufrimiento psíquico y existencial de una persona. Dígale Vd. a una madre que no puede dar de comer a sus pequeños que un paracetamol le quitará el sufrimiento que le corroe.

El recuento de votos

Con estas propuestas, apoyos y votaciones se aprecia con suficiente claridad el posicionamiento de los partidos ante la libertad que reclama el ciudadano en la fase final de su vida. Habrá que saber la postura del PSOE, un partido cuya política eutanásica ha tenido demasiados vaivenes que desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado. Si los parlamentarios del PSC en el parlamento autonómico se decantan por la licitud de las conductas eutanásicas y por reclamar al Congreso una ley que reconozca al ciudadano el derecho a decidir sobre su vida, tal como hicieron los socialistas vascos en una moción parecida en el parlamento de Euskadi en junio de 2015, parece ser una guiño significativo del alineamiento político que el grupo parlamentario socialista del Congreso debiera adoptar y del camino a recorrer. Si así fuera, el proyecto de ley de eutanasia que ha entrado en el Congreso tendría un buen curso de diálogo y deliberación para alcanzar un consenso. Y también, si el PP diera libertad de voto en un posible pleno, sin duda no sería solo un parlamentario catalán quien apostase por la libertad al decidir la propia muerte. Algunos otros diputados populares darían su ‘sí’ al proyecto de Podemos, mal que le pese a Rajoy.

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