¡Eureka!

Células teledirigidas contra el ictus

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Por Eduardo Ortega

Magnetizar células para guiarlas al cerebro y mejorar el rendimiento de la terapia celular tradicional para un ictus isquémico. Este es el novedoso proceso en el que trabajan el equipo del Institut de Ciència de Materials de Barcelona-CSIC, liderado por Anna Roig, y el grupo de Neuroreparación del Laboratorio de Investigación Neurovascular delInstituto de Investigación Hospital del Vall d'Hebron, liderado por Anna Rosell.

El ictus isquémico se produce por la oclusión de una arteria cerebral y representa alrededor del 90% de los 15 millones de accidentes cerebrovasculares que se producen en el mundo cada año. Y se estima que de todos los afectados, cinco millones morirán y otros cinco quedarán con algún tipo de déficit neurológico permanente. Actualmente no existen tratamientos neuroreparadores para regenerar el tejido dañado y recuperar las funciones perdidas. El único tratamiento neuroprotector para los pacientes diagnosticados de un ictus isquémico es la administración del Activador Tisular del Plasminógeno (tPA) para conseguir la disolución del coágulo que ha producido el ictus. Pero este tratamiento debe administrarse en la fase hiperaguda de la enfermedad, en las primeras cuatro horas desde el inicio de los síntomas.

La terapia celular consiste en tratar una enfermedad haciendo llegar determinadas células en los tejidos afectados ictus-3por dicha dolencia para regenerar el tejido dañado. El proceso que han desarrollado los equipos liderados por Roig y Rosell persigue la creación de nuevos vasos sanguíneos a partir de los factores de crecimiento secretados por células endoteliales acumuladas en esta parte del cerebro. Para ello las células se cultivan con soluciones coloidales de nanopartículas de óxido de hierro (de unos 6 nm de diámetro) durante veinticuatro horas sin afectar su funcionalidad. Las células endocitan dichas partículas en cantidades suficientes para que al ser administradas al paciente por via sistémica puedan ser atraídas por un campo magnético externo, producido por un pequeño imán permanente. De esa manera, se logra acumularlas en la zona del cerebro afectada por el ictus isquémico. El objetivo final es un tratamiento neuroreparador, con la consiguiente recuperación funcional de la parte del cerebro afectada.

La investigación del Vall d'Hebron y el Institut de Ciència de Materials, un centro especializado en el desarrollo de nanomateriales para aplicarlos entre otros objetivos a la biomedicina y nanomedicina, es muy innovadora, no sólo en España sino a nivel mundial. "Son muy pocos los grupos que para esta finalidad en concreto utilizan terapia celular en sinergia con nanomateriales", afirma Anna Roig.

La investigación, que se encuentra actualmente en una fase preclínica, es el fruto de cuatro años intensos de trabajo. El tratamiento ya ha sido probado con animales con resultados "bastante prometedores", aunque aún quedan unos años para que pueda llegar a la fase clínica. Mucho depende de la financiación con la que cuenten, que hasta ahora ha sido muy reducida, lo que ha implicado que todo vaya más lento de lo que les gustaría. "La duración va asociada al dinero que uno tiene para investigar. Y ahora es un momento en el que la financiación es un tema delicado. Pero estamos muy contentas de cómo marcha la investigación", señala.

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