¡Eureka!

Una molécula para Mónica

neuronas

Por Eduardo Ortega

Todo comenzó casi de manera fortuita. Pero, al mismo tiempo, forzado por la situación. Albert Zamora era por entonces, en 2009, director del área de creación de empresas del Hospital Clínico de Barcelona. Se encargaba, por tanto, de recibir proyectos interesantes de investigadores, ayudar a montar una empresa y lanzarla. Este caso, sin embargo, era distinto. Pablo Villoslada le vino a ver con una serie de moléculas con actividad de neuroprotección que podían actuar en enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple. La misma dolencia que padece la hermana de Albert, Mónica.

"Este fue el principal motivo por el que me embarqué en el proyecto. En lugar de crear la empresa y decir cómo tienen que hacerlo, decidí unirme", cuenta Zamora a Eureka. El medicamento que han desarrollado en Bionure, como se denomina la compañía, basado en las moléculas que hallaron es el primero a nivel mundial con la etiqueta de neuroprotector, según Albert. Esto quiere decir que es útil para todos los pacientes con esclerosis, pero, además, también para otras enfermedades.

Esto es importante por la escasa evolución de los avances y fármacos contra las enfermedades neurodegenerativas en los últimos años. "Han salido algunos que tratan los síntomas, pero no la enfermedad en sí, y que no son válidos para la esclerosis. Para ella hay una serie de medicamentos, que se llaman inmunomoduladores, que sirven para corregir en cierta manera el aspecto inflamatorio, pero no la neurodegeneración", explica. Pero a las personas que se encuentran en fase progresiva, los inmunomoduladores "no les hacen nada", según Albert, por lo que necesitan otro tratamiento. "Y los fármacos que se usan actualmente no son efectivos al cien por cien; como mucho al 50% y, además, tienen efectos secundarios muy graves". Es ahí donde aparece el medicamento de Bionure.

El importante avance no les ha dado, sin embargo, facilidades para conseguir financiación en España. La empresa de Albert ha logrado en nuestro país cinco millones de euros desde que la crearon, pero no lo suficiente como para que la investigación siga su desarrollo. "Los gobiernos han dado muchas subvenciones para facilitar la eclosión del sector biomédico, pero la crisis ha afectado mucho al nivel de estas. Han caído en picado", comenta. También tiene mucho que ver el hecho de que sea un ámbito en el que existen pocos fondos de capital riesgo en nuestro país. "Hay uno para invertir en todos los proyectos buenos que aparecen".

Por ello, Bionure trató de abrirse a la inversión internacional y buscó fondos extranjeros, principalmente de EEUU. albertPero tampoco fue sencilla esta misión. Se encontraba Albert ante los obstáculos que la devastada imagen de España creaba. La rampante corrupción, las leves condenas, el paro, la situación económica... no jugaban precisamente a favor de ellos. "Si todas las noticias que salen del país hacia el exterior son de corrupción y cosas por el estilo, no favorecen en absoluto a generar la confianza con un inversor que no te conoce de nada y al que tienes que convencer para que te ponga dinero".

Lo que se encontraba Albert en sus negociaciones, al poco de iniciar la conversación, eran preguntas incómodas del tipo: "Bueno, ¿y cómo ha acabado el tema de Rajoy?". Sin embargo, se han acabado sobreponiendo a estos problemas, gracias, en buena medida, al traslado de una parte de la compañía a Silicon Valley, en donde Albert pasa hoy en día el 80% de su tiempo. Les ha servido para dotar de una mayor credibilidad a Bionure, así como para ayudar a conseguir más inversores, principalmente en EEUU. "También es cierto que España no sólo es corrupción; el nivel científico es bueno y hay ciertos nombres a nivel mundial que tienes que utilizar para demostrar que no todo lo que se oye de un país es cierto ni se puede generalizar".

Actualmente se encuentran en negociaciones con las mayores multinacionales farmacéuticas y han logrado la etiqueta de medicamento huérfano, lo que implica mayores ayudas económicas y regulatorias por parte de las autoridades. También han obtenido la patente en EEUU, pero aún necesitan 16 millones de euros más para que la investigación avance como debe: esperan comenzar las pruebas en humanos a finales de este año y haber demostrado en 2016 que funciona. De esta manera, tendrían listo para comercializar en 2017 un tratamiento que podría ayudar a millones de personas. Comenzando por su hermana Mónica. "Comprobar que el proyecto avanza bien es una doble alegría: profesional y personal, porque sabes que estás haciendo algo por la sociedad y por tu familia", asegura Albert.

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