¡Eureka!

Tecnología espacial contra la ceguera por degeneración macular

lentes

Por Christian González

Una tecnología diseñada para mirar las estrellas que ha acabado permitiendo ver lo cotidiano a personas con graves problemas por degeneración macular. El corazón de este avance no se ha fraguado en EEUU, Suiza o Alemania, sino en España. En concreto, en el Campus de Espinardo, en la Universidad de Murcia.

Pablo Artal, director del Laboratorio de Óptica (LOUM) de esta universidad, es el responsable del diseño de iolAMD, unas lentes intraoculares basadas en la tecnología de los telescopios espaciales capaces de reducir hasta en un 40% la ceguera por esta causa. Un problema que padecen más de 25 millones de enfermos en todo el mundo y que es el primer motivo de pérdida de la visión en mayores de 55 años en países occidentales. La revista ‘Biomedical Optical Express’ acaba de presentar esta solución quirúrgica creada por el investigador español en colaboración con el Dr. Qureshi del London Eye Hospital Pharma, cuyo diseño permite la implantación en los pacientes afectados en diez minutos y sin necesidad de suturas.

Artal, sin embargo, prefiere huir de las comparaciones con la tecnología espacial. "Es cierto que parte del diseño óptico es conceptualmente similar a los que tienen en estos telescopios, pero eso es una cosa un poco más de los periodistas...", responde avergonzado.

Captura de pantalla 2015-04-12 a las 0.40.19¿En qué consiste este avance? 

Se trata de un telescopio que amplía las imágenes de tal manera que permite a los pacientes ver ciertas cosas que antes no veían. La degeneración macular es una enfermedad de la retina y hay que insistir en que esto no es una cura, sino una solución paliativa. Para poder ver mejor, muchos de los pacientes llevan una lupa en la mano. Esto es como si llevaran una lupa integrada en su ojo. De alguna manera el paciente compra tiempo. Su degeneración, dependiendo de los tratamientos, puede avanzar más o menos y durante ese tiempo vuelven a ver cosas que antes no veían porque son más grandes en su retina. No es una cura, es una ayuda para la vida diaria de estas personas.

¿Qué ventajas tiene respecto a otras soluciones?

Hasta ahora había diferentes fórmulas. No es el primer telescopio de este tipo. Lo que pasa es que los que había hasta ahora eran cosas muy voluminosas, que requerían una cirugía tremendamente compleja. La ventaja de éste, a parte de la óptica, es que está hecho de un material flexible que se implanta en el ojo con unas incisiones muy pequeñas. Se realiza de manera similar a una operación de cataratas, muy común y sencilla. Como además la degeneración suele estar relacionada con la edad y las cataratas también, lo que ocurre muchas veces es que puedes matar dos pájaros de un tiro y solucionar ambos problemas a la vez. Además lo puede hacer cualquier cirujano de cataratas gracias a su simplicidad. Esos son los pilares por los que creo que puede tener un impacto real en los pacientes.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la hora del desarrollo?

Mi contributión, en particular, es el diseño óptico. En las lentes intraoculares hay tres patas fundamentales, una es la óptica, otra el material y otra lo que tiene que ver con la técnica quirúrgica (como se pone en el ojo). Queríamos un material flexible para que pudieran entrar por pequeñas incisiones. Con las cirugías de cataratas es muy sencillo porque necesitas sólo una lente,  pero si quieres tener aumentos, como en un telescopio, necesitas dos colocadas a una distancia fija. Si una vez que las has colocado en vez de estar separadas un milímetro están un milímetro y medio, aquello se ha ido a freír espárragos, ya no funciona en absoluto. La dificultad es que hay que colocar dos lentes en el ojo, pero con una precisión submilimétrica. Eso ha sido lo más difícil. En ciencia y en tecnología nada es gratis. Lo que ganas por un lado lo pierdes por otro. En este caso lo que pierdes es que las imágenes no son tremendamente nítidas pero por otro lado estas personas logran mejoría.

Captura de pantalla 2015-04-12 a las 0.40.45Otra cosa que ha llevado mucho tiempo es que son lentes muy poco comunes, de modo que su producción, que se lleva a cabo en India, es muy complicada. Nosotros no las fabricamos pero sí controlamos cómo se hacen. Perfeccionar eso nos ha llevado varios años. Probablemente ha habido más de 30 versiones hasta ahora.

¿Cómo surgió la idea?

Llevo muchos años desarrollando lentes intraoculares. Ha sido una parte importante de mi actividad profesional. Y hace varios años un cirujano de Londres vino a verme con esta idea. Él estaba implantando telescopios muy voluminosos, con una cirugía muy complicada. Pensó que se podría hacer quirúrgicamente mejor y me vino a proponer que yo desarrollara la óptica de este nuevo telescopio. Este señor es el doctor Bobby Qureshi, del London Eye Hospital. Es quien ha puesto más de 300 pacientes y es de donde surgió la idea de tener esta lente.

¿Quién ha participado en el proceso de este avance?

En este caso ha sido una cosa relativamente pequeña. Por un lado, en Londres, con esta idea original de una lente de este estilo. Por otro, nosotros en Murcia. Juan Tabernero, un post-doc mío, y yo haciendo el diseño y varias personas en el laboratorio haciendo pruebas. Y finalmente la fabricación en India, donde básicamente son fabricantes sobre especificaciones. Y luego sí que se ha creado una pequeña estructura de compañía para desarrollar estas lentes en Londres. Su evolución la iremos viendo cuando esté absolutamente lista. La lente ya está funcionando pero aún le queda recorrido para mejora.

¿En qué punto del desarrollo se encuentra? 

Está en la fase de ensayos clínicos. Fundamentalmente se ha probado en Inglaterra, pero también se están implantando algunas en Alemania e Italia

Tecnología espacial contra la ceguera por degeneración macular
Pablo Artal

Usted ha desarrollado parte de su vida formativa y profesional en el extranjero. ¿Le parece que en España estamos haciendo las cosas bien a nivel de investigación? 

Esto es algo muy complicado. A mi por un lado no me gusta demasiado quejarme, porque mientras te estás quejando ya podías estar haciendo algo.  Y esa es una de las cosas que tenemos en España, que nos quejamos mucho. Además cualquier cosa que se desarrolla en otros sitios parece que es mejor. Tengo alguna anécdota con algunas de las lentes que he desarrollado.  Una vez a un oftalmólogo que conozco le ofrecieron probar unas lentes diciéndole: "Mira, prueba este producto que es la última novedad en América...", y al verlas el oftalmólogo las reconoció y le dijo: "Hombre pero si estas son las lentes de Pablo Artal, ¿no?". Eran un desarrollo español y estaban en España, pero la forma de vendérla es que eran lo último en EEUU.

¿Qué habría que cambiar?

A nivel de investigación más fundamental, los españoles podemos competir bien en el mundo. A la hora de dar el salto a crear tecnología, lo que veo más difícil es la burocracia. Aquí cuesta mucho más tiempo hacer cualquier cosa. Y el dinero. Conseguir inversiones razonables. Esos son los lastres.

Y hay otro hándicap, aunque va cambiando: que a los estudiantes les cuesta dar el salto de la investigación en la universidad a algo más industrial y aplicado. Parece que, entre comillas, es prostituirse. Pero va cambiando. Y cambiará más cuando la gente vea en su día a día ejemplos de éxito. Falta cambiar la mentalidad. Yo soy parcialmente optimista en que eso va a ir mejorando y por otro lado sufro las dificultades de hacer estas cosas desde la universidad. Por ejemplo, para hacer una spin-off, desde que tienes una idea hasta que pasas mil trámites burocráticos han pasado años. Si estás en Harvard o cualquier sitio así la idea va a toda pastilla. Eso nos lastra muchísimo.

Pero por otro lado hay alguna ventaja. Aún podemos hacer cosas más baratas.. Por ejemplo, lo que nosotros hemos hecho en Vóptica, la spin-off de Óptica de la Universidad de Murcia. Hemos hecho un producto único en el mundo que de haberlo querido hacer en California, que tuvimos opciones para ello, nos hubiera costado diez veces más. Simplemente porque todo es más caro en el entorno.

El futuro quizá pasa por cambiar la mentalidad y por aprovechar nuestras propias peculiaridades y potencialidades. Al final en esto y en casi todo, lo importante es la gente. Y los políticos no acaban de entenderlo. Lo importante es atraer y retener. Pero es muy difícil y yo tampoco tengo la fórmula.

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