Tinta Mintenig

Notable alto

Notable alto. Notable alto, como mínimo, porque según algún profesor, sería un notable con aspiración a sobresaliente. Es lo que hemos obtenido los catalanes en la calificación de déficit fiscal. Hablar de déficit fiscal es hablar de lo que los ciudadanos recibimos (en inversiones, por ejemplo) del Estado a cambio de lo que le pagamos (en impuestos, sobretodo). El Ministerio de Economía cifra el déficit fiscal de Catalunya, analizando el flujo monetario, que para mí es el correcto, en el 8,7% del PIB catalán. Un escándalo con mayúsculas. Y eso que estamos hablando de datos del 2005...a saber lo que serán los datos de los años posteriores, porque, señores y señoras, nos hallamos más allá del ecuador del 2008. Déficit fiscal significa menos dotación en educación, menos dotación hospitalaria, menos dotación en plazas geriátricas, menos trenes de cercacanías y más autopistas de peaje, como bien señalaba este mediodía el conseller de la Generalitat de Innovación y Tecnología Josep Huguet en rueda de prensa.

Es un escándalo, desde todos los puntos de vista. Y eso que no estoy citando las conclusiones del gobierno catalán, que cifraba la semana pasada este déficit en un punto por encima de las cifras del gobierno español. Concretamente, según el gobierno catalán, el déficit era, a 2005, del 9’8% del PIB. Y que conste que en múltiples sentencias de tribunales constitucionales de países europeos, en algunos de los cuales el federalismo es el modelo de estado, cualquier déficit por encima del 5% se considera expolio fiscal, es decir, robo. Esto es como si un día te entran a robar en casa y esperas que se te lleven la tele, el DVD, el dinero y las joyas, si las tienes, y descubres que, además, se han llevado el frigorífico, el microondas, la lavadora, los juguetes de Reyes de los niños, la cubertería de Ikea y las cortinas de las duchas, además de las bombonas de butano, la leña guardada para el invierno, las fotos de la abuela y las colchas de la cama. Es la misma sensación. Y encima, cuando vas al bar, te dicen que por qué no tenías una cubertería de oro, un ordenador de última generación, colchas bordadas con hilo plateado y zarandajas por el estilo, y que eres una insolidaria de un par de.

Señores, que en Barcelona sólo tenemos AVE desde hace unos mesecitos. Que lo que pasó con cercanías de RENFE es de juzgado de guardia, que nos faltan 150 médicos de familia para cubrir la demanda de este verano, que hay pocos ordenadores en las escuelas.

Y los partidos políticos son culpables, todos. Unos, por propagar mentiras acerca de los catalanes, con una mala baba digna de un tribunal internacional. Otros, por no haber sabido insistir en el asunto con más contundencia, y otros por haber retrasado la publicación de estas balanzas fiscales más de la cuenta. Sin embargo, aplaudo al gobierno socialista por haberlo hecho, después de más una década de reclamarlo todo el mundo. Espero que el hecho no se convierta en anécdota y que a partir de ahora esto se convierta en una cita anual, más que nada por salud democrática y ejercicio de transparencia, y para no hablar de amor cuando hablamos de sexo. Y aplaudo sobretodo a los expertos, economistas y eminentes profesores de universidad, de uno y otro lado, que se han dejado las cejas durante un montón de años para conseguir que estas cifras se hicieran públicas y se acercaran a la realidad, que me temo que es mucho peor.

En Catalunya, a esto se le llama "ser cornut i pagar el beure", ser cornudo y pagar la ronda. Lo que más lamento, sin embargo, es pensar cómo se deben sentir los ciudadanos de la comunidad Balear, esa en la que todo Dios que se precie veranea, sabiendo que, con los datos publicados hoy, conservadores seguramente, ellos tienen un déficit fiscal de más del 14%. Yo quiero un fuero ya. Está demostrado que es lo más rentable.

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