Tinta Mintenig

Videovigilancia

No, si seremos ingenuos hasta el fin. Ahora resulta que multamos por una grabación de imágenes en la calle de la Montera, de Madrid, y la posterior difusión de las mismas en Youtube, grabación que en su momento fue autorizada y que lleva a cabo la Unidad de Policía Municipal de la calle de la Montera con el respaldo del centro de integración de CCTV policial (CI-CCTV). ¿Pero en qué mundo nos pensamos que vivimos? Estamos videovigilados todo el santo día sin darnos cuenta. Vi un documental escalofriante en televisión, en el cual se mostraba cómo a todos los ciudadanos se nos graba a todas horas, en las mayores ciudades del mundo, y en las menos importantes también. Esta cuestión se activó, sobretodo, después del 11-S en Estados Unidos, y después del 11-M en España.

Resulta que vas por la calle y hay un montón de cámaras vigilándote y grabándote. En las estaciones del metro, en los cajeros, cuando cruzas un semáforo. Ya no podemos ser anónimos, en ninguna circunstancia. En muchas ciudades del mundo se puso en marcha un sistema de detección de ciudadanos, simplemente con un sistema que graba tu cara en calles determinadas y cruza los parámetros con una base de datos que detecta los rasgos básicos e indica si eres un delincuente o no. Parece infalible. Cómo si no, se caza a criminales como Radovan Karadcic en Belgrado, más de una década después de que se haya dictado una orden internacional de búsqueda y captura por crímenes contra la humanidad, y de que el tipo se escondiera tras una melena y una barba canosas capaces de engañar al más sagaz. Los servicios de espionaje están activos, amigos. Cuentan con mecanismos como el retrato del iris humano que, mediante la técnica de la biométrica, inventada por un catedrático de la Universidad de Cambridge, Massachussets, identifica a las personas de una manera 10 veces más precisa que la huella dactilar, y que es obligatoria en la mayoría de los pasaportes para entrar, hoy en día, en los Estados Unidos. Cada persona tiene un iris único e inconfundible, y muy preciso.

No hablemos ya del Backstater, una técnica que proyecta haces de luz contra un objecto, y que consite en convertir rayos infrarrojos en imágenes térmicas y que se utilizan en fronteras sensibles asiáticas y de de Oriente Medio para detectar inmigrantes ilegales. La cosa es tan bestia que, en 2004, el Tribunal Supremo de Estados Unidos prohibió su utilización en el aeropuerto de Orlando, Florida. Y eso que los Estados Unidos no se andan con chiquitas a la hora de detectar delincuentes de todo tipo, sean terroristas o no.

El caso es que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha sancionado las imágenes grabadas en la calle de la Montera, de Madrid, grabación diseñada para la denuncia de la prostitución y el proxenetismo en nuestro país, y que yo me alegro. Resistámonos hasta el fin. Aunque sea por una mala causa.

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