Tinta Mintenig

Iguales y equiparados

cocina.jpgDice un sabio amigo mío que lo de la igualdad entre hombres y mujeres es una sandez. Porque las mujeres pueden decidir en cualquier momento tener un hijo y los hombres no. Divorciadas, mujeres solas, etcétera, escuchan el reloj biológico y se hacen una "in vitro", por ejemplo, cosa que ellos no pueden hacer, y tampoco pueden adoptar si están solos. Mi amigo dice que no le gusta que el ministerio de la señora Aído se llame "de igualdad", que debería llamarse "de equiparación", como mucho. 

Y a esa equiparación es a la que deberíamos aspirar. Un dato revelador es el proporcionado por

la Fundación de Cajas de Ahorros, que asegura que el trabajo doméstico no remunerado es el 42,5% del PIB español. El 40% de este esfuerzo, el del trabajo doméstico no remunerado, se dedica a la alimentación del núcleo familiar y, como era de temer, las mujeres siguen dedicando mucho más tiempo que los hombres a esta tarea, trabajen o no, además, fuera de casa. Cada día la mujer dedica a este tema 1 hora y 19 minutos como media, y el hombre 20 minutos. De igualdad, nada. 

Mis hijos (varones) jugaron siempre con coches y balones, por más Barbies que les echaran los Reyes, que acababan indefectiblemente en un banco del parque buscando seres más afectivos hacia ellas. 

Pero sí es verdad que los hombres intentan "equipararse" en otras tareas domésticas, como el bricolaje, por ejemplo. Pido ya el cambio de nombre del ministerio.

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