Tinta Mintenig

Agua de Mayo

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Llueve. Por fin parece que llueve algo en Catalunya. Agua de Mayo; ya lo dicen. Llevo todo el día en un lugar aislado al norte del país y llueve, llueve cansinamente. Me cuentan que en Barcelona ha caído una tromba de agua, pero aquí no; aquí, por suerte, ha ido lloviendo durante todo el día y, despacito, la lluvia ha ido empapándolo todo. Es esa clase de lluvia finita que no molesta pero que va calando. Espero que no llegue la tormenta violenta y, por si acaso, renuncio a poner la tele, no sea que me larguen la previsión meteorológica así, de improviso. Será lo que tenga que ser. Mientras tanto, disfruto de la lluvia como música de fondo de las actividades que llevo a cabo en este lugar remoto.

Qué lejana me parece, en esta situación, la discusión político-mediática montada alrededor de este tema: el agua, la lluvia, la sequía, el cambio climático, el trasvase, los buques que deben abastecer de líquido elemento a los catalanes, la solidaridad y la insolidaridad, etc.

Es lo de siempre. Sólo echas en falta algo cuando ya no lo tienes. Lleva meses sin llover, y echamos en falta el agua. Ahora llueve y llueve, y es agua de Mayo, por fin.

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