Tinta Mintenig

Woody y su agenda

Se ve que no le gusta hacer vacaciones. Woody Allen no para. Sigue, y sigue, y sigue. Y el resultado de su trabajo suele ser bastante bueno. Ayer, al concluir la proyección de su película "Vicky Cristina Barcelona" en el Festival de Cannes, el público asistente a la sesión de gala, puesto en pie, le ovacionó con grandes aplausos durante más de diez minutos. Tuvo que pedir él que cesaran los aplausos con un divertido gesto, pasándose el dedo índice de izquierda a derecha por el cuello, que venía a decir:"Cut it out, please, I must leave" (paren por favor, que me tengo que ir). Él y su tropa debían, efectivamente, marcharse del Grand Théatre Lumière para comparecer en la fiesta que tuvo lugar después para celebrar el estreno de la película. La agenda de Cannes es apretadísima y hay que cumplirla a rajatabla.

Woody AllenY este hombre parece no sufrir estrés, ni agobio para cumplir con sus compromisos. Me pregunto entonces por qué menudea tanto hoy en día el "famoso estresado y sobrepasado por las circunstancias", ya se trate de actores, escritores o cualquier otra clase de artistas. En cuanto alcanzan la celebridad se les va la cabeza y empiezan con problemas de agenda, por no hablar de dificultades más serias como adicciones variadas, impulsos autodestructivos, etcétera. Lo mismo ocurre con los futbolistas, por cierto.

Y no será que Woody no sea famoso, vamos, que a fama no le gana nadie. Pero supongo que sabe aislarse y gestionar debidamente su tiempo, aparte de que debe de contar con un buen equipo de asistentes. Lo que no supongo, sino que lo sé a ciencia cierta, es que sólo por hablar de la mitad del año pasado y de este 2008, su agenda (conocida) ha sido y es la siguiente: rodó durante 7 semanas, entre julio y agosto, "Vicky Cristina Barcelona" en la ciudad condal. Pocos días después de acabar el rodaje presentó en el Festival de Venecia su anterior película, "Cassandra’s Dream". Volvió a Nueva York, montó la película barcelonesa, trabajó en un nuevo guión, y en navidades realizó una gira con la New Orleans Jazz Band (en la que él toca el clarinete), con la que llevó a cabo en dos semanas casi una decena de actuaciones en directo en distintas capitales europeas. Por cierto, que cada lunes toca con esta banda en un club cuando está en Nueva York (lo digo para que vayan anotando cosas en la susodicha agenda). Tras la gira, empezó a organizar el rodaje de su nueva película, que está teniendo lugar actualmente en Nueva York. Le quedan dos semanas de rodaje. Woody rodó este mismo jueves, el viernes cogió el avión y se fue a Cannes, el sábado presentó "Vicky Cristina Barcelona", hoy domingo se volvía a Nueva York, y mañana estará otra vez rodando. Cuando termine, se concentrará en su nuevo proyecto: dirigir una ópera que se estrenará en Los Ángeles en el mes de agosto. Y por navidad, otra vez de gira con el clarinete.

No estoy hablando de ningún joven hiperactivo. Hablo de un señor de 73 años que, aunque reconoce ser un neurótico, no parece sufrir estrés. Me quito el sombrero ante él, y también ante Penélope Cruz, que asimismo ha asistido a la cita de Cannes a pesar de estar inmersa, a su vez, en la nueva película de Almodóvar. Siempre he pensado que la gente lista aprende de sus mayores y Woody Allen es, sin duda, mayor. Y sabio.

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