Bocacalle

Boicot ciudadado al turismo en Marruecos

El blindaje informativo impuesto por la monarquía dictatorial en Marruecos, con motivo del brutal asalto sufrido por un campamento saharaui en el Aaiún hace una semana, apenas nos permite saber con certeza el número de víctimas mortales, heridos, detenidos y/o desaparecidos entre aquella comunidad sojuzgada. Lo que sí sabemos, ahora mismo, es lo siguiente:

1.- Que hay al parecer un ciudadano de nacionalidad española, Babi Hamday Buyena, que a su regreso del trabajo resultó muerto como consecuencia de haber sido apaleado por la policía marroquí o arrollado por uno de sus vehículos.

2.- Que Mohamed Gachbar, otro ciudadano español con familia en El Aaiún, denuncia que su hermano Ahmed, de 38 años, está desaparecido y otro, Brahim, de 30 años, ha sufrido torturas mientras permaneció custodiado por fuerzas de seguridad marroquíes.

3.-Que la policía marroquí persigue casa por casa y metralleta en mano a los activistas españoles que se encuentran en El Aaiún, según denuncia Djimi el Ghalia, la mujer que preside la ASVDH, una de las asociaciones saharauis de defensa de los derechos humanos.

4.- Que reieteradamente periodistas españoles han sido maltratados y expulsados del Sáhara a lo largo de la semana por haber pretendido informar de lo que está ocurriendo allí, tanto contra la comunidad saharaui como contra ciudadanos españoles.

Ante estos hechos, la actitud del Gobierno español y de su ministra de Exteriores negándose a condenarlos y exigir responsabilidades, es impropia de un ejecutivo que debe preservar y defender la integridad, dignidad y derechos de sus ciudadanos fuera de nuestras fronteras. Se siente impotencia y rabia ante la carencia de una reacción enérgica por parte de nuestros gobernantes. Algo, no obstante, puede estar en nuestras manos.

Casi dos millones (1,8) de turistas españoles viajaron a Marruecos el año pasado. Si se tiene en cuenta que sólo nos supera Francia en ese número, con algo más de tres millones de viajeros, no sería una medida insignificante emprender un boicot turístico contra un régimen que, además de violar los derechos humanos para imponerse en un territorio que ocupó por la fuerza en contra del derecho internacional, maltrata y persigue a nuestros conciudadanos y acaso haya asesinado a uno ellos.

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