Bocacalle

Pinochet yace en una plantación de marihuana

Por afinidad en el expeditivo procedimiento histórico que les dio nombre como generales felones y también por equivalencia en las respectivas dictaduras que impusieron, Franco y Pinochet tienen un currículum vitae muy similar. También en la hora de su muerte fue multitudinaria la asistencia ciudadana a sus entierros, si bien la de jefe del Estado español ocurrió durante su propio régimen y la de Pinochet (2006) algunos años más tarde de ser sustituido por Patricio Aylwin (1990) y haberse retirado como comandante en jefe a los 83 años de edad (1998).

Es una suerte para Chile que su dictador haya fallecido cuando ya había sido desalojado del poder, porque de haberlo hecho en el pleno ejercicio de sus facultades represoras, y teniendo en cuenta la admiración que le profesaban los sectores que le apoyaron como general golpista, acaso se le hubiera erigido un monumento similar al que Francisco Franco se preparó en el Valle de los Caídos y cuya permanencia defiende la más rancia derecha española, acomodada en el Partido Popular.

El vigente Gobierno de España, propulsor de una Ley de Memoria Histórica aprobada hace cinco años y que prescribe la eliminación de toda glorificación de la dictadura franquista en edificios, calles y plazas del país, ha creado una comisión de expertos para tratar de reconvertir el Valle de Franco en un lugar de lo que se ha dado en llamar memoria reconciliada. A tal fin, sería preciso que los restos del dictador fueran trasladados al cementerio de El Pardo, localidad donde tuvo su residencia oficial y está enterrada su esposa.

Como Pinochet no murió ejerciendo la jefatura del Estado, sus restos fueron inhumados en la quinta de Los Boldos, residencia ubicada a 120 kilómetros de Santiago de Chille donde el general solía pasar sus jornadas de asueto durante los fines de semana. El lugar, según cuenta el diario chileno La Tercera, ni siquiera es visitado por los familiares del dictador. "De lo que pueda pasar en Los Boldos, no tenemos idea. Está abierto, hasta pueden entrar animales. Está medio abandonado", dijo a ese rotativo Lucía Pinochet, hija del general.

Pero si la quinta fue noticia en ese periódico no lo fue por el olvido y abandono en que parece reposar la memoria difunta del dictador, a cuyo velatorio asistieron 60.000 personas el 12 de diciembre de 2006, sino porque la policía chilena acaba de encontrar allí 182 plantas de marihuana y dos kilos de marihuana seca. Aquí nos seguimos topando, bajo el cielo de Guadarrama, con una de la más altas cruces de Cristo que hay en el mundo, levantada sobre la tumba de quien fue nombrado caudillo por la gracia de Dios.

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