Bocacalle

Víctimas del terrorismo y víctimas del franquismo

Me parece idónea la elección de Salamanca como ciudad sede de la cuarta edición del Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, que inaugurarán los Príncipes de Asturias mañana jueves. Que los congresistas se reúnan a lo largo de tres días para compartir experiencias en memoria de las más de 400 víctimas representadas y pertenecientes a diferentes países -aunque eche en falta algunos otros- está muy bien.

Yo estoy totalmente de acuerdo con el párrafo que sigue, entresacado del manifiesto que se dio a conocer con motivo de la edición de 2008: Igualmente, cualquiera que sea la manifestación del terrorismo, sus víctimas son iguales. No importa el país, la situación política o social, la motivación o el criterio para elegir objetivos. Las víctimas son iguales. Son seres inocentes a los que un destino fatal convierte en víctimas de asesinatos, secuestros, torturas, extorsiones, chantajes o amenazas. Son seres inocentes que se ven privados de sus derechos por la crueldad aleatoria de unos criminales. Son seres inocentes cuyas vidas se ven quebradas por la maldad de aquellos que no saben exponer sus ideas de otra forma que no sea usando la violencia.

Como es hartamente sabido, en Salamanca se encuentra el Centro Documental de la Memoria Histórica, antiguo Archivo General de la Guerra Civil, entre cuyos fondos figuran las fichas de cientos de miles de ciudadanos españoles represaliados por el franquismo, que no supo exponer sus ideas de otra forma que no fuera usando la violencia. Por eso inició una guerra, llenó de muertos sin sepultura las cunetas de España y siguió matando una vez declarada su paz justiciera y represora.

El juez Baltasar Garzón quiso investigar los crímenes del franquismo y es casi inevitable que el Poder Judicial aparte a Garzón de su juzgado, cercene su carrera y deje a España ante su espejo, como hoy escribe Ignacio Escolar. Un Tribunal Supremo -añade Nacho- donde la mayoría de los magistrados juró lealtad a los principios fundamentales del régimen cumplirá con su palabra: el franquismo no se toca. Garzón cometió un error, una imprudencia.

Por esas víctimas, además de por las que el congreso de Salamanca reconoce, también habría que estar en la manifestación que se celebrará el día 12 en esa ciudad, sobre todo porque al juez que quiso defenderlas del olvido se le quiere sentar en el banquillo y condenar al silencio.

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