El desconcierto

Vuelva usted mañana, señor Sánchez

Justo antes de que empiece hoy la nueva reunión de socialistas y republicanos en Barcelona,  Marta Vilalta ha recurrido al "vuelva usted mañana" de Larra para despejar las ilusiones sobre un pronto acuerdo del PSOE con Esquerra Republicana. Si el socialismo tiene prisa, el republicanismo no la tiene. Así que de las tres incógnitas políticas en las que se mueve la investidura de Pedro Sánchez– con quien, cuando y como pactará–, el presidente en funciones ya sabe que no será en 2019 y que tendrá que esperar al próximo año para saber con quien y cuanto le costará el pacto. Pese a lo anunciado, tanto por él mismo como por su vicepresidente in pectore, nadie comerá el turrón de Navidad ni las uvas de Nochevieja en el Gobierno.

No tendría este retraso la más mínima importancia sino fuera por las zambombas mediáticas de Sánchez e Iglesias que vendían por hecho el final feliz de las negociaciones. Mucho más papistas que el Papa, calculaban que antes del 25 o del 31 la investidura iba a salir adelante apoyada en la muleta republicana como se apoyaba desde el 11 de noviembre en la muleta populista. No ha sido así porque, pese a que las negociaciones avanzan, ERC se niega a firmar hoy un cheque en blanco al PSOE y rechaza embarcarse en la nave de la Moncloa gratis total. Es  solo el precio lo que ralentiza la negociación entre la izquierda socialdemócrata y la izquierda soberanista ante el sonoro silencio de la izquierda populista.

No cabe que Esquerra y el PSOE pasen de las puñaladas en la espalda a los besos cariñosos, tras una cita de cinco horas en la Moncloa, como se encamaron el PSOE y UP después de apuñalarse durante seis meses. Dado que ni Junqueras ni Sánchez pueden dejar de representar los intereses catalanes y españoles en una cuestión de Estado. Quieren el acuerdo, necesitan un urgente acuerdo, pero nunca a cualquier coste. No podrían firmarlo en la tensa situación política que se vive hoy tanto en Barcelona como en Madrid. Cuando se llegue al acuerdo, en enero o febrero, si es que se llega, tiene que ser muy claro, preciso, detallado y fechado. De lo contrario, sería letal para el PSOE o ERC.

La desconfianza que preside esta reunión– se han roto todos los hilos políticos entre la izquierda catalana y la española– se agudiza con el nombramiento de El Gordo, apodo de uno de los integrantes de la llamada policía patriótica que vigilaba ilegalmente a los soberanistas catalanes, al frente de una comisaría madrileña. Este error del ministro Marlaska se agrava con el férreo mutismo de Pablo Iglesias, pese a que el citado funcionario es el presunto autor de un libelo calumnioso contra él mismo y Unidas Podemos. Si no se abre un expediente y, además, se promueve al Gordo, no se allana el camino, desde luego, a los delegados del PSOE que negocian con los de ERC. Cuando se habla hoy de democratizar el Estado  ¿ por qué se premia a quien lo deslegitima?

Ante la decepción de los que ansían anunciar cuanto antes el non nato gobierno de Sánchez, el  líder socialista vuelve a mostrarse dispuesto a reunirse con Inés Arrimadas.  No para intentar romper el acuerdo con Iglesias sino para apuntalar el pacto PSOE-UP con uno añadido con Ciudadano. Ni siquiera con esa oferta de una cuarta vicepresidencia para la dirigente del Cs, según algunos, sería posible que salvara a Sánchez a la vez que se salvase ella misma del desastre generado por Albert Rivera en el caso de que ERC mantuviera su no a la investidura. Pero con esta próxima cita en la Moncloa los socialistas mantienen la presión sobre los republicanos que son los únicos que pueden impedirles continuar en la Moncloa.

No es bueno, como señala Aitor Esteban, alargar la convocatoria de la investidura; pero sería peor firmar de prisa y corriendo un mal acuerdo que saltaría por los aires a la primera de cambio de la XIV Legislatura. No es bueno, desde luego, porque la dilación multiplica los muchos riesgos que le acechan; pero acortar la negociación no es el camino para que pueda fructificar un buen pacto del PSOE con ERC. Socialistas y republicanos saben cual es el punto de encuentro que los puede unir: hacer oficial lo que es real en Cataluña. Unicamente falta la audacia, audacia y audacia que reclamaba Danton para poder vencer políticamente. Tal vez, pasada esa muy arriesgada semana catalana que va desde el lunes 19 al sábado 21 de diciembre, Marta Vilalta  ya no tenga que repetir el vuelva usted mañana de Larra.

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