El desconcierto

¿Quién paga la factura del coronavirus ?

La crónica anunciada de la opaca expansión del coronavirus ha obligado al Gobierno a comenzar a alinearse hoy con los gobiernos francés e italiano. Las primeras medidas ya son conocidas y las próximas, que probablemente van a ser públicas en muy breve tiempo, suman un importante coste para nuestra maltrecha economía. Por ello, casi al mismo tiempo, como ya ocurriera en el inicio de la crisis de 2008, se plantea la interrogante sobre quien va a pagar la factura del coronavirus. Porque todavía las clases medias y trabajadoras sufren las consecuencias de la socialización de las cuantiosas pérdidas de los grandes bancos y ven con creciente inquietud social como, una vez más, se intenta cargar sobre sus espaldas el costo del coronavirus temiendo, además, que se les vuelva a dejar con el culo al aire como les dejó Zapatero en 2010.

Unai Sordo y José María Alvarez, dirigentes de CCOO y  UGT, junto con  Antonio Garamendi, dirigente de la CEOE, presentan facturas bastante contradictorias. Ambas organizaciones, las dos sindicales y la patronal, recogen la preocupación de los agentes sociales que representan e intentan que el capítulo fundamental de la factura no caiga sobre sus representados. Junto con la ralentización de la política fiscal de Pedro Sánchez, la CEOE propone asimismo aplazar la reforma laboral y mantener la legislación del  anterior gobierno de Rajoy. Si el Poder Judicial elegido bajo el PP viene aplazando su renovación,  desde hace algo más de un año, se preguntan por que no se puede aplazar esta ley aprobada por el Partido Popular. CCOO y UGT, por su parte, proponen la creación de un sólido fondo extraordinario de ayuda social a los trabajadores, pequeños y medianos empresarios. La cuestión para el Gobierno es que cuando dice que todos van a pagar igual nadie entienda que, como decía Orwell, todos somos iguales , pero unos más que otros.

Las ministras Montero y Calviño sostienen que también debe pagar Angela Merkel relajando el corsé que comprime a la Europa del Sur. Que paguen los alemanes a través del Banco Central Europeo que estudia crear un fondo de contingencia nacional que evite que hoy los bancos frenen  la concesión del crédito. Un cuadro como el adoptado por la Unión Europea en la crisis de 2008.Sin embargo, el margen del BCE es hoy mucho menor que el de entonces. Apenas cabe bajar más los tipos de interés al mismo tiempo que el miedo, que ha penetrado en las instituciones financieras, empieza a recortar los créditos. Por mucho que las ministras esperen acogerse a una serie de ayudas a los países europeos más afectados por la epidemia, Berlín no está ahora en las condiciones de hace una docena de años . Aunque el euroilusionismo es  testarudo y continúa creyendo que los alemanes van a anteponer sus intereses a los de los españoles.

Ni que decir tiene quien debe pagar según Pablo Casado y el extraportín Inés Arrimadas que se ha agenciado tras la fuga de Rivera. No es ninguna novedad la posición del Partido Popular y adlátere, aunque sí lo es como la acaba de reformular tras haber recibido una  súbita llamada telefónica del presidente de Gobierno.  No es el mismo tono el empleado por Casado el lunes por la mañana que el  empleado el lunes por la tarde después de haber conversado con Pedro  Sánchez. No abandona su línea hostil contra la Moncloa, pero deja una puerta abierta por si acaso el coronavirus ayuda al reencuentro de los dos grandes partidos. Ya se sabe la retórica que empieza a aparecer, el acuerdo nacional, el interés de Estado, una política de concentración nacional en la lucha contra el maldito virus.

El coronavirus podría rematar lo que ayer el "corinavirus" ha empezado en la votación parlamentaria sobre la creación de una  imprescindible comisión de investigación sobre la presunta corrupción del padre del Rey. El voto conjunto del PP con el PSOE, contrario a que pueda tocarse ni un solo cabello de Juan Carlos Borbón, quiebra por un día la actual mayoría parlamentaria y podría abrir camino para una nueva mayoría que bien la  pudiera reemplazar mañana según avance la frágil XIV Legislatura. Al fin y al cabo, aún el Gobierno de Pedro Sánchez no ha presentado los Presupuestos, Esquerra Republicana mira muchísimo más a la Generalitat que a la Moncloa y el coronavirus puede ser la percha ideal para ampliar la mayoría del actual gobierno si se dieran las circunstancias  idóneas. En cualquier hipótesis, algo está cambiando en la táctica de Casado que mira atentamente lo que ocurre en el PSOE.

Desde los tiempos del primer gobierno de González no se había vuelto a vivir un enfrentamiento entre dos vicepresidentes del gobierno como el que se vive hoy bajo la presidencia de Sánchez. Aquel pulso de Boyer a Guerra evoca hoy el que mantienen la vicepresidenta primera y el vicepresidente segundo cuando ha llegado el coronavirus a resquebrajar todos los objetivos de Pedro Sánchez. Algún vidente debiera recordar  a los que se sientan en la Moncloa la advertencia que Julio César recibió antes de ser apuñalado ¡ Cuídate de los idus de marzo! Tan evidente como que han llegado, su fecha de llegada es marzo, es que nunca se sabe cuando  y como se marchan . La cuestión vital para todos los españoles es saber si el coste de  la factura del coronavirus va a ser  progresivo o lineal. Ya no es solo Cataluña sino también la economía de quien depende el Gobierno Sánchez.

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