El desconcierto

Contraste de pareceres en la Moncloa

Contraste de pareceres en la Moncloa
Pedro Sánchez anuncia el envío de armas a Ucrania.- Eduardo Parra / Europa Press

Con el viento de cola de todas las encuestas electorales a su favor, más la rotunda mayoría absoluta en las elecciones andaluzas, Núñez Feijóo puede cometer el error de vender las piel de Sánchez antes de haberlo cazado. El actual contraste de pareceres en la misma coalición gubernamental más debiera preocuparle que alegrarle, por cuanto en la Moncloa se discute hoy sobre cómo recuperar lo que han perdido por la izquierda, sin que se beneficie Podemos, a la vez que por el centro, que voló tanto al PP como a la abstención. Para unos, es necesario un giro a la izquierda; para otros, es suficiente mantener el centro izquierda sin intermitencias a derecha e izquierda.

 La vicepresidenta Yolanda Díaz, a la que muchos tildan de inspirarse en la política de Errejón, tiene como tarea prioritaria, tanto para lo que ahora Sánchez llama "espacio Yolanda" como para el mismo presidente, poner en pie al socio de gobierno.  Una plataforma, con los votos y escaños que siempre mantuvo Izquierda Unida, que permita reeditar el actual gobierno de coalición. Por ahí sí parece viable que el actual reino de minúsculas taifas radicales pueda mañana desembocar en algo más que un mercado persa, donde el PSOE pueda encontrar la muleta necesaria para continuar en la Moncloa. Es una buena combinación. La habilidad de Yolanda, la política de Errejón y la organización de Belarra.

Si el rumbo a la izquierda es factible, con independencia de cuales sean sus resultados, mucho más difícil es girar a la diestra. Es bastante complicado saber dónde, cómo, con quién y para qué de este viraje diestro, más allá de su conveniencia o inconveniencia. Para muestra baste un botón. Ahí está la Ley de Memoria Histórica que recupera una irresuelta polémica de hace más de un cuarto de siglo. El 1 de diciembre de 1994, Rodolfo Martín Villa y el teniente general Sáenz de Santa María pactaban abortar la non nata investigación del Senado sobre el Batallón Vasco Español o la Triple A. En aquel entonces, el PP quería investigar la guerra sucia del GAL, desde 1982, y el PSOE, también quería incluir el período de 1975 a 1981: BVE y Triple A.

Pecaría de optimismo Alberto Núñez Feijóo si calculase que el contraste de pareceres de la Moncloa puede terminar con el gobierno de coalición. En la memoria histórica del tardofranquismo se encuentra el constante contraste de pareceres de los populistas falangistas con los neoliberales del Opus Deí, que no impidió que los gobiernos de Franco se mantuvieran hasta el borde de su tumba. Igual ocurrirá con el gobierno de Pedro Sánchez hasta su nueva victoria o definitiva derrota. No es que no haya alternativa como dice Yolanda Díaz, sino que de todas las existentes ninguna cuenta, hoy por hoy, con un mínimo apoyo en las fuerzas del centro izquierda, ni, claro está, de las siglas nacionalistas nada proclives a acuerdos de partidos estatales.

Bien se verá en el debate parlamentario que comienza esta misma mañana. Sánchez acude con su mayoría parlamentaria atada y bien atada. Yolanda ha levantado el nihil obstat a la OTAN, Bildu ha logrado pactar la ley de Memoria Histórica y Esquerra Republicana ya tiene concertada la reunión del presidente del Gobierno con el presidente de la Generalitat. Centrada la correlación de fuerzas en el Congreso de los Diputados, el debate va a ser mucho más el inicio de una larga campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas, en junio de 2023, que un diagnóstico sobre el estado de la nación. Va ser el voto ciudadano el que finalmente ratifique o no el centro izquierda o lo sustituya por el centro derecha.

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