El desconcierto

El desbarajuste de la derecha

Nunca la derecha ha vivido una coyuntura tan confusa, desarreglada y desordenada como la que vive hoy en la XIV Legislatura. Política, social y corporativamente se mueve en la confusión, desorden y desorganización al tiempo que las encuestas señalan la victoria electoral de la Vox del Partido Popular en unas urnas que se abrirán en un par de años. Sondeos que coinciden con la penúltima pelea de Santiago Abascal con Pablo Casado sobre la quinta columna marroquí, que serían todos los partidos menos el suyo, según afirma el líder de la derecha radical. Este creciente desbarajuste de toda la derecha añade aún más incertidumbre política a un horizonte preñado de dudas e incógnitas.

Las encuestas no pasan de ser el sueño de una noche de verano de Casado. La nota social sobre el balance del primer gobierno de Pedro Sánchez, no sobre sus sustitutos en el Consejo de Ministros que todavía no han podido ser evaluados. Que el mismo presidente de Gobierno haya considerado pertinente sustituirlos ahorra cualquier comentario sobre la valoración coincidente que formulan tanto la Moncloa como los sondeados. La crítica sobre los cesados o dimitidos es un común denominador que va hoy del mismo PSOE al PP. Con excepción de algunas minorías, nadie daba un euro por ellos, ni muchos menos por el aventurerismo político que aplicaron en sus responsabilidades.

El problema para la derecha es que el examen final evaluará, en 2022, a otro gobierno presidido por el mismo presidente con otras características opuestas al primero. Bien lo sabe, cuando en las mismas vísperas de las vacaciones relanza lo que pretende ser la última carga del Partido Popular contra la línea de flotación de la Moncloa, justo en el mismo momento en que España se va a beneficiar de los 140.000 millones de euros de la Unión Europea. Envolverlos tanto con el desgavell catalán, o sea el muy específico desbarajuste político de los independentistas, como con la cresta de la quinta ola de la pandemia es ahora el espejismo que desnorta la Vox del Partido Popular.

Sectores de la derecha judicial, desde las instituciones, y de la derecha mediática, desde algunos medios, se apuntan a este intenso bombardeo sobre la Moncloa. Pero tanto en sus medios judiciales como mediáticos, no son pocos los que se plantean le necesidad de recuperar la Voz del Partido Popular. Si los primeros siguen los pasos de Isabel Ayuso, como una abierta alternativa del PP con Vox, otros se dirigen a ese Santiago Apóstol del centro derecha, que puede ser Núñez Feijóo, para que ponga punto final a este concreto desbarajuste de la derecha. En cuanto a la derecha social, ansiosa de terminar con Pedro Sánchez, la mayoría no sabe a que carta atenerse, mientras que una minoría creciente se agarra al populismo de la derecha radical.

Por último, por orden que no por importancia, la derecha económica lo tiene bastante claro: con las cosas del comer no se juega. Ni con los indultos a los presos catalanes, ni con la gestión de los fondos europeos, ni con el corona virus. Con el valioso nihil obstat de la jerarquía eclesiástica, además, recuerdan ahora a la Vox del PP que la necesaria e indispensable alternativa a la Moncloa debe de ser ajena a la involución política que se predica bajo el eslogan de la superación de la Constitución del 78. Sin ese proyecto democrático, el actual desbarajuste de la derecha se multiplicaría en beneficio del PSOE, si evita los errores de este último bienio castigados en los sondeos de hoy, o de VOX, si suma el posible futuro del fracaso del PSOE al pasado fracaso del PP.

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