Otra economía

Goirigolzarri se triplica el sueldo... una desvergüenza

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, momentos antes de su comparecencia ante la Comisión de Investigación de la crisis financiera España del Congreso de los Diputados. EFE/Chema Moya
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, momentos antes de su comparecencia ante la Comisión de Investigación de la crisis financiera España del Congreso de los Diputados. EFE/Chema Moya

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank (resultado de la fusión de La Caixa y Bankia) recibirá en concepto de retribución fija 1,65 millones de euros, más que triplicando la que obtenía como presidente de Bankia, 500 mil euros (que, por lo visto, consideraba una minucia y un insulto). Esto sin contar las primas por incentivos y por la revalorización de las acciones, que supondrán un significativo aumento de esa cantidad. Esto es lo que ha aprobado la junta de accionistas recientemente celebrada por CaixaBank.

 
Una desvergüenza.
 
Lo ha sido la aprobación de esta subida y también la justificación dada por el propio Goirigolzarri, apelando a que esa retribución estaba en línea con lo percibido por los primeros ejecutivos en el sector. ¡Menuda caradura, como si constatar esa situación justificara el escándalo de semejante aumento en sus ingresos!
 
Y lo dice tan serio, sin pestañear, con el aplomo de los que viven en las burbujas de los privilegiados, de los que no tienen que rendir cuentas a la sociedad. Es verdad, si uno repara en lo que se embolsan las elites empresariales, encontramos esas cantidades o superiores; es "normal" que sus retribuciones superen en varios cientos de veces el sueldo de un trabajador medio de sus empresas.
 
¿Qué le importa a este personaje que CaixaBank haya anunciado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 7800 asalariad@s? Un ERE al que posiblemente le seguirán otros. ¿Qué relevancia tiene para este y otros ejecutivos, verdaderos depredadores de lo público y del trabajo ajeno, que los salarios de la mayor parte de los trabajadores, de los que tienen la suerte de estar empleados, hayan retrocedido en estos meses de pandemia? ¿Acaso tiene alguna importancia que la pobreza esté disparada en nuestro país?
 
Goirigolzarri y amigos a lo suyo, a reforzar sus desorbitados privilegios, contando con la complicidad de la mayor parte de los integrantes de la junta de accionistas. No así de la representante del FROB, la Autoridad de Resolución Ejecutiva que depende del gobierno, que cuenta con el 16,1% de los votos de la entidad fusionaba, fruto de la ayuda financiera que recibió en su momento la Caixa, ayuda que, por cierto, todavía no ha devuelto, ni hay visos de que lo haga.
 
Por supuesto, el Estado, representado por el FROB, no podía dar el visto bueno a esta "modesta subida de sueldo" de Goirigolzarri. Pero hay que ir más lejos, mucho más lejos de los meros pronunciamientos testimoniales, por decencia, por equidad y porque necesitamos que la economía funcione sobre otros pilares, distintos de los que nos han llevado al desastre. Porque hay que recordar a los desmemoriados que la industria financiera ha estado en el epicentro de las últimas crisis y que los grandes bancos han recibido y están recibiendo una enorme cantidad de dinero público.
 
Se ha hablado mucho de la desigualdad, de la necesidad de poner en pie un potente y eficaz escudo social. Pues bien, es el momento de adoptar medidas transparentes y contundentes que reduzcan el poder y los privilegios de los de arriba, que no han dejado de crecer en las últimas décadas y también durante la pandemia. Una de estas medidas podría ser que las empresas privadas donde el Estado tenga una participación accionarial o las que reciban apoyos públicos -fondos, garantías de préstamos...- limiten las retribuciones de los ejecutivos, estableciendo una proporción con respecto al salario promedio de sus trabajadores.

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