Malo Será

Intolerancia

 

"Parece que la religión puede atacar a otros, pero no tolera ningún ataque, como un asaltante callejero que llama a la policía cuando sus víctimas se defienden". Lo dijo el cómico británico Pat Condell en 'Ateísmo agresivo', uno de los vídeos contra la religión que lo ha hecho conocido. Tiene ya varios años, pero nunca viene mal recurrir a su reflexión. Sobre todo ahora que la Iglesia, la justicia y la política se empeñan en dar sentido a sus palabras.

Gallardón, como alcalde de una ciudad "abierta, tolerante e integradora", prohibirá una procesión atea en jueves santo -o ateo, para algunos- porque podría "ocasionar problemas de orden público". Arguye Gallardón que, como tolerante, no puede tolerar -valga- una burla de la fe católica. Permitirlo, en su opinión, sería consentir una intolerancia atea. Y él, en su tolerancia, prefiere tolerar la intolerancia de la fe. Pero no es cosa solo del PP, ya que la delegación del Gobierno ha confirmado la prohibición de la marcha. "Hay que preservar la imagen turística de Madrid", argumenta. Y punto pelota. El turismo versus la libertad.

Hace unas semanas, el juzgado de instrucción número seis de Valladolid admitía a trámite una querella interpuesta por abogados cristianos contra Leo Bassi y el rector de la universidad vallisoletana, Marcos Sacristán. Les acusan de delitos contra los sentimientos religiosos, injurias y calumnias. ¿El motivo? Bassi parodió a Juan Pablo II y repartió preservativos en el paraninfo de la UVA. Como bien aventura Condell, la Iglesia no tolera los ataques pero los demás sí tenemos que aguantar su intolerancia. Criticar su postura de cara al preservativo puede ser considerado delito, pero parece que el machismo, el insulto contra las mujeres que deciden abortar o la ocultación de la pederastia no lo es. Eso sí, tenemos que ser tolerantes. Días antes, la Policía detenía casa por casa a cuatro estudiantes por haber realizado un acto de protesta en el interior de la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid. Otro ataque que la Iglesia no tolera. Pero nosotros sí tenemos que permitir sus constantes descalificativos contra homosexuales, bisexuales y transexuales. Tenemos que ser tolerantes ante el hecho de que llamen a la gente enfermos por no defender el mismo tipo de familia que ellos. Los actos de protesta son delito y la homofobia se consiente.

Desde su nacimiento, la Iglesia se ha mostrado intolerante contra todos los que contradicen sus normas. Para entendernos, la palabra hereje proviene del griego y su significado entonces hacía referencia a poder elegir. Ahora, poder elegir se ha convertido en un delito contra los sentimientos religiosos. Pero no se olviden los santos que, como decía Condell, lo que es absolutamente "sagrado" es la libertad de expresión. "Mucho más sagrada de lo que cualquier dios, profeta o escritura es, será o podrá ser". Amén.

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