Malo Será

Muerte digna

 

La condena a Miguel Ángel Rodríguez por llamar "nazi" al doctor Luis Montes --aunque buena y esperada-- no debe hacernos olvidar lo realmente trágico de la persecución que sufrió el médico del Hospital Severo Ochoa de Leganés. Las acusaciones a Montes, iniciadas y patrocinadas por la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre, no solo minaron las carreras --y tan buenas-- del médico y su equipo, sino que provocaron el mayor sufrimiento que pueda infligirse a una persona. Si la muerte no es bastante dura de por sí, acompañada del dolor se hace inhumana. Las bravuconadas del ex portavoz de Aznar son tan solo la punta del iceberg de una campaña cuyo objetivo no era otro que impedir el derecho a una muerte digna. La sedación de la derecha. Sus armas, las palabras. "Eutanasia", "asesinato", "homicidio". Los grandes --cantidad, no calidad-- medios de comunicación, liderados por sus cabezas pensantes, comunicadores y tertulianos varios, se dedicaron día tras día a imponer ese miedo que impide a la gente levantarse ante la necesidad de reaccionar.

¿El resultado? Este: "Lamela ha conseguido que la gente muera peor que antes. En Madrid me consta que se muere mucho peor. Hay familiares que han pedido sedación para un paciente que agonizaba y la respuesta ha sido del tipo 'con lo que está cayendo, eso es peligrosísimo porque se adelanta la muerte'. Grandes burradas porque eso era una práctica habitual. Han pasado 28 meses desde que Lamela habló de 400 casos de eutanasia. Y desde entonces, la asistencia al enfermo agónico se ha hecho mal y eso lo han padecido los pacientes que se beneficiarían de la sedación en los últimos momentos de su vida. Además, se rompió la confianza entre el médico y el paciente aunque los pacientes del hospital nos han apoyado". La respuesta es del ex coordinador de Urgencias en el Severo Ochoa, Luis Montes, en junio de 2007.

Han pasado varios años y, pese a las sentencias, las mayores condenas todavía recaen sobre aquellas personas que sufren más dolor en la agonía. Cuando surgió el caso Leganés, muchos de los adalides de la persecución contra el doctor Montes lo acusaban de jugar a ser dios. Yo les digo que los únicos que buscan convertirse en dioses son aquellos que quieren robarnos el derecho a morir libre y dignamente.

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