Malo Será

La culpa es del aire

 

"La calidad del aire de Madrid es la mejor que hemos tenido en la historia". La frase no es mía, sino de la concejala de Medio Ambiente de Madrid, Ana Botella, que o bien camina mirando al suelo, miente descaradamente o —y esto es más descabellado— en aquel Madrid de carruaje y caballo los equinos contaminaban más que los vehículos a motor.

Yo prefiero ser directo que en estos casos los rodeos solo sirven para caer de espaldas: el aire de Madrid da asco. Así de sencillo. Desde el Ayuntamiento pueden, si quieren, quitar las estaciones de control de contaminación de las zonas más afectadas y situarlas en el parque del Retiro pero eso no va a cambiar nada. Y para ser tópicos, caigamos en el una imagen vale más que mil palabras. Como la concreción es una virtud, todavía podemos cerrar más el cerco y decir que la foto de los candidatos del PP en la lista de Madrid al Congreso y al Senado vale más que mil palabras.

Si tenemos presente la foto y recurrimos a la doctrina Botella, que establece que el "planeta ha de estar al servicio del hombre", parece que en Madrid no tiene muchas ganas de satisfacer los deseos de aquel que gusta de tener buena salud. Es más que evidente. Del mismo modo que en la catástrofe del Prestige, según Botella, solo hubo un culpable, "el barco", en Madrid está claro que si hay una capa de mierda cubriendo la ciudad la culpa es del aire, que es un sucio. Y si no cuela aún se puede tirar el balón más lejos y señalar a los mendigos. O peor. Aquí el problema es nuestro, que —y esto tampoco es mío sino de Guillermo Rodríguez— nos ponemos muy exquisitos cuando hay que respirar.

La culpa es del aire

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