Malo Será

Para ti, periodista, amigo y amiga

 

Yo tengo un amigo que es periodista. Varios, en realidad. Pero tengo uno que no ejerce de lo suyo. Varios, en realidad. Pero este amigo mío está, además, jodido. O por lo menos así me responde a menudo. "¿Cómo estás?". "Jodido, meu, estoy jodido", que es una respuesta muy de periodista. Yo con este amigo discutí hace poco acerca de un movimiento periodístico reciente, casi una suerte de concurso: el de buscar el mejor epitafio para el periodismo. O para el, o la, periodista tal y como lo conocemos. Este amigo mío, periodista y jodido, se presentó en mi casa con una carpeta llena de páginas impresas con artículos en los que un surtido grupo de periodistas hablaba de lo mal que va el oficio. Ahí, en el rellano, mi amigo me leyó sin descanso el libro negro del periodismo que él mismo había confeccionado. Como un collage apocalíptico. "¿Y qué?", le espeté, desestabilizándole. "¿Cómo que y qué, meu? Estamos jodidos, ¿ves?". Este amigo mío tiene una teoría, o algo así. "Tú eres optimista porque trabajas de esto, meu", suele decirme después de que yo le acribille con algo de esperanza. "Cuando estés jodido, como yo, a ver si piensas lo mismo", añade.

Esta semana, llamé a mi amigo para contarle que la empresa editora del periódico del que soy becario desde hace casi un año, este, presentó un concurso de acreedores. "Ya lo siento chaval —dijo—. Ahora sí, también tú estás jodido". Sé que le va a molestar, pero este artículo —una especie de paréntesis en este blog— no tiene ni una sola pretensión de entrar a formar parte de ese collage negro del periodismo que creó mi amigo; no está escrito con la intención siquiera de presentarse a ese concurso de epitafios. Eduardo Galeano suele definirse a sí mismo como un optimista a tiempo parcial. Cuenta que hay momentos en que la esperanza se cae del bolsillo y uno tiene que salir a buscarla. Es probable que este se trate de uno de esos momentos. Los bolsillos, nunca mejor dicho, se nos han quedado un poco vacíos, y tenemos dos opciones: sentarnos a escribir sobre la falsa muerte de un oficio o, por lo contrario, llevar de vuelta la esperanza al lugar del que nunca se debió haber precipitado.

Este artículo está escrito para mi amigo, periodista y jodido. Que sois varios, en realidad.

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(Seguiré escribiendo en mi blog personal, En contraportada; también podéis encontrarme en Twitter: @hectorjuanatey)

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