Principio de incertidumbre

Interior arresta a Gandhi

Si Gandhi hubiera vivido en la España de estos tiempos, se habría llevado su merecido. Faltaría más. No es difícil imaginarlo infringiendo el articulado que propone el ministro de Interior para el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana; que de sólo pronunciarlas te sientes ya culpable y un poco hiperventilado. Imagínense a Gandhi llevándose lo suyo en Sol por ejercitar en la sucia noche su culpabilidad, convocando peligrosas concentraciones con sólo hacer doble clic en su iRueca desde el usuario @Gandhi869. Y, luego allí, ante la llegada de la Policía se pondría como un perro flauta en paños menores, sentado sobre los adoquines con esa violencia pasiva tan suya, esa estudiada y brutal pose de guerrilla urbana en que se ha convertido esta España post 15-M. En este país no cabe una tontería más, Gandhi. Vete haciendo a la idea.

Porque ahora podrás bajar a por el pan y convertirte en guerrillero urbano o en resistente a la autoridad a poco que te despistes. Ya se sabe que pocas cosas hay tan ambiguas como "alterar gravemente el orden público" cuando le añades el apellido "de forma pasiva". Algunos kale flautistas se pensaban que era derecho de reunión. Hay gente para todo, Gandhi.

Es muy probable, además, que el Código Penal acabe convertido en un best-seller de rabiosa lectura. Más que nada por saber qué hacer o qué decir ante las Fuerzas de Seguridad. La opción más prudente parece ser entregarse preventivamente para no empeorar las cosas. Si los ves venir, te pones las esposas y te metes en el coche policial. Desconocer la ley no te exime de su cumplimiento. Aunque te parezca una chorrada intolerable. So ciudadano.

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