Sombreros de colores

Tarjeta única, copago múltiple y de fondo Inglaterra

Hace unos días escribió un artículo José Ramón Repullo, amigo y Jefe del Dpto de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, titulado  ¿Tarjeta única y copago múltiple?, donde decía cosas muy interesantes como:

  1. Cuando laboriosamente (casi) se ha conseguido que las 17 tarjetas sanitarias sean interoperables, y ya no importa que tengan logotipos de fantasía regional, resulta que el nuevo gobierno aspira a tener una única tarjeta. Y a la vez, resulta que lo único que nos unía del viejo sistema de Seguridad Social, el copago farmacéutico, va a comenzar a variar en cada Comunidad Autónoma.  En Mayo parece que CiU y PP dan en Cataluña el pistoletazo de salida a la tasa por receta de un euro, con techo de 62 anuales, no aplicación a fármacos baratos (menos de 1,62€), y exención a pobres (renta mínima de inserción y pensiones no contributivas).
  2. Se abre un concurso de creatividad; las CCAA pueden ahora inventar copagos, coseguros, franquicias, techos máximos, exenciones y otras modalidades de costes compartidos, que vayan "a más a más" sobre el copago general del Sistema Nacional de Salud. Excelente idea: lo que nos unirá en el futuro a todos los españoles, más que un catálogo "básico" (ojalá que no sea "mínimo"), será un copago básico, sobre el cual construirá cada región su propio sistema recaudatorio de fantasía.
  3. ¿Dónde queda el discurso de la cohesión del SNS?; ¿se imaginan los problemas prácticos de segmentar la prestación farmacéutica?; ¿cómo se podrán mover personas y recetas dentro de España?. Mientras la directiva transfronteriza avanza para normalizar a lo largo de 2012 la atención sanitaria dentro de la Unión Europea, nosotros diversificamos las reglas de juego. Spain is different, como de costumbre. Podría pensarse que esto responde a preferencias regionales legítimas; que forma parte de la idiosincrasia autonómica poner este tipo de normas específicas y distintivas. ¿Alguien puede creer este disparate? Pero si se piensa bien es la típica medida donde la diversificación tiende a saldarse con mermas generales de eficiencia (todos pierden y nadie gana).
  4. ¿Porqué no hacer lo que venimos proponiendo muchos?: reformar el ineficiente e injusto copago farmacéutico. ¿Qué tal un grupo de trabajo ad hoc en el Consejo Interterritorial que haga una rápida propuesta?; ¿y si hay que cambiar, porqué no lo hacemos todos a la vez? Da pena ver qué lejos quedan las promesas electorales; qué pronto se caen ante la "realpolitik"; y qué rápido se muestra la demagogia o la fabulación del marketing político. El Partido Popular debería reflexionar sobre su falta de coherencia, y asumir que tiene una gran responsabilidad en defender la cohesión y la calidad del Sistema Nacional de la Salud. Le toca gobernar, no mirar atrás o al lado.
  5. Lo curioso del caso, es que podríamos acabar imprimiendo el águila imperial del INP en una tarjeta hispana, pero dejando que el sistema se fragmente y se vuelva más y más inequitativo e injusto por la incapacidad del Gobierno de España para contener la compulsión recaudatoria regional. Una compulsión que deja intactos los impuestos cedidos y los tramos de impuestos que pueden modificar al alza las Comunidades Autónomas: patrimonio, sucesiones, IRPF, céntimo sanitario, etc. ¿No es sorprendente que se encuentre la solución a través de un impuesto a la enfermedad?  Porque, recordemos, que es un impuesto recaudatorio y no disuasorio, ya que los pacientes no se recetan a sí mismos; debería hacer pensar que el único copago que tenemos en el Servicio Nacional de Salud español coincide con nuestra más distintiva señal ante otros países europeos: el altísimo consumo en farmacia. Y sin embargo donde no tenemos ningún copago (uso de hospitales), estamos a la cola de la Unión Europea en tasas de frecuentación.  Tarjeta única y copago múltiple. O quizás ni siquiera: tarjeta múltiple y copago asilvestrado. Triste espectáculo que esperamos que la Ministra Mato y la Secretaria Farjas no permitan que ocurra.

Y de fondo INGLATERRA: Mi amigo Sergio Minué, brillante bloguero, médico de familia y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, escribió en su blog llamado El Gerente de mediado, un artículo titulado La Batalla de Inglaterra, muy recomendable. Entre otras cosas, comenta:

  1. En el Reino Unido se está librando una batalla. Y lo que pretende Cameron en el Reino Unido es sustituir progresivamente el NHS por un modelo a la americana, con múltiples proveedores de servicios privados en competencia descarnada por los clientes. En definitiva, privatizar.
  2. Los argumentos fundamentales que justificarían un cambio de tales proporciones serían dos: la competencia entre proveedores ( en palabras de Cameron: "hablando claramente, la competición es el único camino que existe para conseguir trabajar mejor para los pacientes"). Respecto a ello , un grupo de prestigiosos investigadores británicos con Allyson Pollock a la cabeza ya publicó en Lancet a finales de 2011 que no existen pruebas de que la elección por parte del paciente del proveedor en el NHS salve vidas. Por otro lado, en los últimos años para el gobierno conservador era evidente el declive de la productividad en la pasada década en el NHS. Con respecto a ello, en un artículo del 13 de febreroen Lancet pone de manifiesto que este argumento más que una prueba es un mito.

Hay una última razón para justificar que a nadie se le debería ocultar: los notorios conflictos de interés entre el gobierno conservador británico y las empresas que saldrían especialmente beneficiadas de un cambio de modelo semejante: más de 40 de los miembros del gobierno Cameron tendrían intereses evidentes en privatizar el NHS, comenzando por la baronesa Virginia Bottomley of Nettlestone, Directora de BUPA, la aseguradora británica más importante, propietaria también de la española SANITAS.
Cameron no lo tiene fácil; la mayor parte de los profesionales sanitarios y líderes de opinión británicos están frontalmente en contra. Ayer se anunciaba en Twitter la superación de las 100.000 firmas en contra del proyecto legislativo. Algo que el gobierno Cameron desprecia.
Y termina Haciendo Sergio una reflexión que entre tarjetas, copagos e Inglaterra deberíamos tener en la mente: no estaría de más permanecer alerta.

Y además dice y reafirmo: Inglaterra no está tan lejos, ni en distancia ni en modelo. Y aquí también comienzan a sembrarse las mismas ideas sin evidencia, y son evidentes los mismos conflictos de interés que allí.

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