Sombreros de colores

Más gasto público = menos mortalidad evitable

100 euros en el gasto público se asocia con una disminución de 1.47% en la tasa de mortalidad evitable: esta es una de las conclusiones de un estudio científico  de un grupo de investigadores de las Universidades de Siena, San Francisco y Cambridge, además de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, que  acaban de  publicar un trabajo en el Journal of Epidemiology and Community Health sobre el efecto en la mortalidad evitable del proceso de privatización que sufrió Italia en la década de los 90, que hemos leído en el blog El gerente de mediado de @sminue.

Sus conclusiones van en la línea de que incrementos de gasto en proveedores públicos se correlaciona con aumentos en  la tasa de disminución en mortalidad evitable en el periodo estudiado. Incluso precisan más: El gasto en el sector privado, sin embargo, no tiene efecto estadísticamente significativo, en la reducción de la mortalidad evitable. Es más, un mayor porcentaje de gasto en el sector privado se asociaba con mayores tasas de ésta.

Por su parte Fernando Lamata, exconsejero de salud de Castilla La Mancha decía hace un mes, haciéndose eco en un post titulado SANIDAD PÚBLICA, SANIDAD PRIVADA: ¿DERECHO O NEGOCIO?, de  un artículo  de The Guardian (http://gu.com/p/3aenc/em ) sobre el Informe de Catalyst, asesores financieros especializados en el sector sanitario, que las compañías sanitarias privadas pueden generar nuevos negocios por valor de 20.000 millones de libras gracias a la privatización del Servicio Nacional de Salud. 

Terminaba su artículo diciendo sobre España que el sector sanitario privado puede beneficiarse de una ampliación de 10 a 15.000 M€ Pero, además, ¿y sobretodo?, el nuevo capitalismo financiero quiere especular en un sector de 70.000 millones de euros para obtener beneficios a corto plazo impulsado por las políticas del Gobierno actual. Y añadía: Es preciso generar un contrapeso suficiente en la sociedad (sindical y político) para frenar esta deriva y buscar un equilibrio sensato que garantice una buena sanidad para todos, ahora y en el futuro.

A estas reflexiones le añadimos la de Francisco Javier López en un artículo titulado Sanidad PRIVADA, sanidad más cara, que privatizar es más cómodo para las Administraciones. El dinero inicial lo ponen los bancos, constructoras y empresas. Te evitas problemas de gestión directa y creas una camarilla clientelar de intereses económicos dependientes. Pero la calidad se resiente y terminas pagando siete veces más, pero para entonces, quien hoy gobierna ya no estará para asumir esas responsabilidades. Se da además la paradoja, con estos sistemas de gestión privada, de que bancos reflotados y salvados con dinero público, prestado a un interés determinado, terminan percibiendo el doble en intereses por el dinero invertido en los hospitales nuevos.

Y termina diciendo: Convertir lo público, el dinero de todos, en fuente de negocio para inversores privados, con muy poco riesgo y unos elevados beneficios, es, sin duda, un negocio seguro y una nueva forma de entender la política, como servicio, no a los ciudadanos, sino a los grupos de presión empresariales y financieros. Un consorcio político-financiero que convierte la democracia en una fuente de recursos casi inagotables.

Terminamos haciendo referencia a un artículo publicado aquí hace varios meses donde decíamos que La privada menos eficiente, responsable o efectiva que la pública de donde entresacamos:

Josep Torrent en un artículo de opinión EL NEGOCIO DE LA SANIDAD explica:  La propuesta que dio a conocer el viernes el Consell (refiriéndose al Gobierno valenciano) para mejorar la eficiencia en la gestión de la sanidad pública es, como poco, inquietante. El proyecto, presentado como un intento de racionalizar servicios que, de hecho, ya están privatizados en los hospitales y que son tan dispares y disímiles como las resonancias magnéticas, las comidas que se sirven, la limpieza de los centros o los servicios de ambulancias, tiene como objetivo ahorrar 263 millones agrupando todos esos servicios bajo un único gestor, dejando las prestaciones asistenciales sanitarias a cargo del sector público. ......Las empresas privadas tienen que ganar dinero, es lo suyo. Y la que se haga cargo del control de los actuales concesionarios tendrá un doble objetivo: ahorrar 263 millones y alcanzar su margen de beneficio.

Y añadíamos datos de la revisión de 1178 estudios, analizando las limitaciones y dificultades de deslindar lo público de lo privados:

  1. La información disponible no sustenta la opinión dominante de que el sector privado sea más eficiente, responsable, o efectiva que el sector público.
  1. Es más, el sector privado no solamente incumple más habitualmente los estándares médicos de buena práctica y tiene peores resultados clínicos, sino que además la supuesta gran fortaleza de lo privado ( la eficiencia) brilla por su ausencia: ésta es menor que en lo público, en buena medida debido a los incentivos perversos que habitualmente se emplean en este ámbito y que fomentan el uso de pruebas diagnósticas y tratamiento innecesarios.
  2. El sector público por su parte adolece de sus habituales deficiencias en cuanto a hospitalidad y disponibilidad de equipamientos, pero los resultados globales son significativamente favorables a este sector.

Así mismo, los autores destacan la tendencia bastante homogénea del sector privado a la opacidad, con renuencia a presentar información trasparente sobre sus resultados, algo sobre lo que también existen pruebas en los países de ingresos elevados.

Terminábamos el artículo diciendo: ¿ cómo se puede defender el crecimiento del sector privado en aquellos sistemas donde el sistema nacional de salud lleva décadas demostrando su solvencia?

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