El grito en el suelo

Sonetos equinocciales

1.
De regreso al hogar, sweet home Tirso de Molina,
way back from Argentina, Chile, Montevideo,
Asunción jesuita, guaraní camafeo,
vacile de una mina febril y ultramarina.

Furtivo como un guacho borracho en la cantina,
dandy al estilo Gandhi, que se mueran los feos,
tan mal samaritano, tan noble filisteo,
tan Judas, tan gusano que suda y abomina.

Bendito Quasimodo más todo que cualquiera,
barata voz en grito, gambito en primavera,
rata de la escalera que espera el autobús,

que ahúma el moctezuma cristal con que me miras,
que fuma un infumable con más de cien mentiras,
que baila, gira gira, que resucita el blues.

2.
La tisis de la crisis de la madrastra Europa
no profana la ropa de América insurgente,
Pepe, Lugo, Correa, Evo, Sandino al dente,
Castro, Chávez, Cristina y Ollanta hasta en la sopa.

Anoche en Buenos Aires compartí con Estopa
las mieles improbables de un sueño incandescente,
y Fito y Calamaro y Charly en cuerpo presente
prologaron mi empeño, desasnaron mi copa.

Ajenas luminarias desarbolan verbenas,
plegarias atendidas, despedidas obscenas,
ni por la patria muero ni por banderas mato.

Las nuevas catacumbas no son bellas ni nobles,
los penúltimos trenes aceleran el doble,
vista desde la tumba, la vida, ¡qué buen rato!

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