Entre leones

De chorradas y derrotes

La presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, se enfadó imperialmente la semana pasada con las insinuaciones lanzadas por Eduardo Madina tras perder el vasco de forma abrumadora la batalla de los avales en Andalucía. En su opinión, el actual secretario general del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados dudó de la libertad y voluntad de los militantes socialistas andaluces, que le dieron a Pedro Sánchez 14.389 avales, al propio Madina, 2.698, y a José Antonio Pérez Tapias, 2.129.

El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, se expresó de forma más prosaica, pero con más contundencia si cabe ante la insistencia de Madina en conocer el origen territorial de los avales para desacreditar los logrados por Pedro Sánchez. La calificó de "chorrada" directamente. Certera diplomacia asidonense.

La verdad es que, conocido el reparto territorial de avales –Pedro Sánchez ganó en 12 comunidades autónomas, Ceuta y Juventudes Socialistas; Madina, en cinco y Melilla, y Madina y Pérez Tapias empataron en el PSOE exterior-, quedó meridianamente claro que Madina la había pifiado.

Si añadimos que el equipo del político vasco se mostró especialmente puntilloso en el escrutinio de los avales de Pérez Tapias, que representa al PSOE más federalista y más de izquierdas, pues el traspié resultó doble al no poder impedir finalmente que el granadino entrara en la lucha por la secretaría general. La presencia del dirigente de Izquierda Socialista, por cierto, enriquece y mucho las primarias por su capacidad intelectual y su calidad humana.

Si a todo esto sumamos que tan sólo el 28,2% de los diputados socialistas le apoya frente al 57,3% que se decanta por Pedro Sánchez, pues se puede concluir que a Madina le salió el tiro por la culata por triplicado al montar el barrullo que montó. Todo esto sin mencionar la guinda: en Euskadi, su territorial de procedencia, tampoco  ganó. Resulta curioso que donde más y mejor le conocen, también le ha ido regular.

Pero a Madina hay que reconocerle un apoyo mediático sólido, capaz de transformar una derrota sin paliativos en la batalla de los avales en un apoyo masivo de los aparatos del PSOE a Pedro Sánchez. Cuenta con analistas capaces de trucar la prueba de la rana para darle vidilla, y se apoya en algunas encuestas que no se las creen ni quienes las inventaron. El periodismo de trinchera tiene estas sutilezas.

Ahora resulta que las doce comunidades autónomas que apoyaron al madrileño lo hicieron por imposición de los aparatos, y Susana Díaz, que salvó los muebles del PSOE en las europeas, es la jefa suprema de los aparatajes. Y, por el contrario, en Extremadura, Asturias, Murcia, Cantabria y Cataluña, la militancia abrazó libremente el madinismo en una explosión espontánea, masiva, limpia y sincera de apoyo incondicional. En fin, pues será verdad que en estos territorios rubalcabistas los avales tienen más calidad democrática porque los aparatos no son tales, sino sofisticados artilugios sexuales. En virtud de esta ocurrencia absoluta, Madina debería reclamar al Comisión de Ética y Garantías de su partido que en estas territoriales afines se aplique a rajatabla lo de ‘un militante, dos votos’ a ver si le suena la flauta.

Pues eso, ya saben, Madina es el candidato de los militantes, Pedro Sánchez el de los malvados aparatos y Pérez Tapias es un colado en toda regla para estropearle al vasco el flanco izquierdo. Todos contra Edu, pobrecito.

Pero para que toda esta broma sea creíble no estaría mal que sus colaboradores le borraran del currículum su pertenencia a las Ejecutivas Federales de ZP y Rubalcaba y, sobre todo, las fotografías en las aparece sentado en la bancada socialista al lado del difunto. No vaya a ser que la gente descubra por sí misma que el candidato de la militancia tiene en sus zapatos más pelillos de moqueta que polvo del camino.

Tampoco estaría mal que metieran un virus en Ferraz para ocultar el trato de favor que recibió Madina en la campaña de las europeas con respecto a Pedro Sánchez, que tuvo que buscarse literalmente la vida para defender casi clandestinamente a su partido. Por cierto, una pena que el vasco no estuviera al lado de Elena Valenciano en el mitin de cierre de campaña para comprobar cómo está de resistencia de careto cuando vienen mal dadas.

Eso sí, si en algo tiene toda la razón Madina, es en que él no es ninguna miss. Bien visto, más bien parece un personaje de dibujos animados de Tim Burton. Pero lo suyo no es mala baba contra Sánchez, nada de eso, que esto va de compañeros. Lo suyo es un simple derrote, pobrecito.

 

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