Entre leones

Moratinos en San Roque

Tras cuatro años viendo cómo el actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, se ha dedicado a demoler todo lo que construyó durante los siete años que estuvo al frente de este departamento ministerial en los gobiernos de Rodríguez Zatapero, Miguel Ángel Moratinos ofreció el pasado lunes una conferencia sobre la cooperación entre el Campo de Gibraltar y Gibraltar en San Roque.

Ante más de 300 representantes de la sociedad campogibraltareña y gibraltareña, Moratinos desmontó todo el entramado de mentiras y medias verdades que la derecha ha construido en esta legislatura en torno al Foro de Diálogo Tripartito que pactó en 2006 con el Reino Unido, España y Gibraltar.

Moratinos demostró que es un patriota mucho más inteligente y eficaz que los actuales regidores de Exteriores, que tras cuatro años de políticas de hostigamiento, sin ninguna voluntad de diálogo, están asistiendo estos días al fracaso personal cosechado por Margallo en el Asunto Exterior, Gibraltar.

Después de contextualizar históricamente el contencioso, Moratinos situó el Foro de Diálogo Tripartito en la senda de conseguir el "sueño de un Gibraltar español" con la conmemoración del tercer centenario del Tratado de Utrecht a la vuelta de la esquina. Pero contando con los gibraltareños, claro.

Según recordó, ya en ese mismo tratado se recogía que había que contar con ellos. Y en los tiempos que corren, resulta más que evidente que sin el visto bueno de los yanitos España difícilmente recuperará el Peñón. Aznar lo pudo comprobar cuando el acuerdo de cosoberanía que pactó con Blair no prosperó al no contar con el respaldo de los gibraltareños.

Después de demostrar que nadie podía tacharlo de antipatriota, de vendepatrias, sin cometer injuria y/o calumnia, Moratinos defendió de forma muy clara la necesidad de volver a dialogar con Gibraltar: "Así no podemos seguir".

Con las luces largas, Moratinos situó el marco de relaciones en el Estrecho, en el cruce de caminos de dos continentes, y defendió patrullas policiales conjuntas que combatan en el mar, en la Bahía de Algeciras, en la Bahía de Gibraltar, las actividades ilícitas.

Parece evidente que si esas patrullas hispanobritánicas se han montado para controlar el botellón de la muchachada en Mallorca, la actividad delictiva en el Estrecho, con el narcotráfico y el yihadismo a la cabeza, merece acuerdos policiales en el mismo sentido.

En fin, Moratinos, que fue presentado por el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, en un gesto de normalidad histórica, cosechó una cerrada ovación de una concurrencia campogibraltareña y gibraltareña que abarrotó los salones de San Roque Club. Se la ganó por lo que dijo y por lo que hizo por la zona cuando estuvo al frente del Ministerio de Exteriores.

Sin embargo, el PP, a través de sus distintos portavoces, insistió en denigrarle con declaraciones que, en el argot taurino, serían derrotes; puros derrotes para intentar tapar un acto de civilización elemental, defender el diálogo frente a los garrotazos.

Allá ellos si quieren seguir haciendo el ridículo hasta el infinito y más allá. Pero si estos mismos señores son los que van a abortar la independencia de Cataluña, apañados vamos.

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